Ha pasado una semana del tornado de Dolores y siguen apareciendo secuelas por toda la ciudad de los daños que provocó. Recorriendo sus calles pueden verse las ruinas que el viento causó en numerosas construcciones, aunque algunas de ellas ya debieron ser demolidas, ante el riesgo que presentaban, de desmoronarse, como el caso del edificio de la Iglesia Evangélica ubicada sobre Calle Varela. El número de víctimas fatales y de heridos (más de 200) revela la magnitud de la catástrofe. Pero más allá del penoso saldo de víctimas humanas y del deterioro que puede observarse en todo tipo de edificaciones, hay otros destrozos que demandarán gastos difíciles de precisar. En ese sentido, las roturas causadas en muchos vehículos que estaban estacionados en la vía pública al momento de producirse el fenómeno evidencian también el grado de destrucción, como muestran algunas de las imágenes registradas por el equipo periodístico de @gesor durante la cobertura que venimos haciendo desde que ocurriera el desastre natural. La potencia eólica y la voladura de chapas, postes y ladrillos afectó varios automóviles de enorme valor, carros de comida y maquinaria agrícola, volteándolos en algunos casos y causándoles todo tipo de abolladuras.