En forma periódica alguna institución deportiva de Mercedes resulta perjudicada por culpa de delincuentes, que cometen robos o destrozos en canchas o sedes sociales, como ha sucedido en distintos sectores de la ciudad. Últimamente se han registrado intentos de hurto en las instalaciones de la cancha del fútbol infantil del Club Bristol, el Parque “Walter Simoncelli”, escenario que más de una vez ha sido visitado por los ladrones. Bristol, como otros clubes, está tratando de mejorar a nivel institucional, pero tiene que afrontar este tipo de situaciones, viéndose algunas veces afectado por el robo de materiales de entrenamiento u otros elementos (pelotas, redes, cables de la red lumínica, etc.). Le ha sucedido a Bristol, pero también le ha ocurrido a Sandú Chico, Con Los Mismos Colores, Esparta y otros clubes locales. Muchas de estas circunstancias pasan desapercibidas, por lo general, para la población, y de ellas se enteran sólo los directos damnificados, aunque es indudable que el perjuicio enorme que los delincuentes generan va más allá de lo material y trasciende a las instituciones que roban y destrozan. Padres de jugadores y dirigentes realizan un gran esfuerzo y dedican muchas horas de sus vidas a lo largo del año para que niños y jóvenes puedan hacer deporte, y, sin embargo, deben soportar la frecuente acción vandálica y delictiva de quienes no tienen otro objetivo que causar daño a la sociedad.