En el salón de actos de la Jefatura de Policía de Soriano se concretó este miércoles una importante charla educativa sobre la "leishmaniasis", cuya enfermedad viene siendo enfrentada por ZOONOSIS en una dura lucha de prevención a partir de lo ocurrido en los últimos meses en el departamento de Salto. En este caso, la charla apuntó a operadores de la Jefatura de Policía de Soriano, como así también personal militar del Batallón Asencio y funcionarios de Prefectura Mercedes.
Al respecto, la referente de ZOONOSIS de Río Negro y Soriano, Dra. Silvia Roslik, indicó que "hay que dejar bien en claro que todo lo relacionado a la leishmaniasis está focalizado en Salto".
Explicó que estuvo hablando de la conveniencia básica de no traer perros de Salto, siendo una medida de sentido común que se ha tomado.
"En Soriano y Río Negro no hay leishmaniasis. En Paysandú se hizo un estudio pero el resultado también fue negativo", aclaró Roslik.
"Hay que dejar claro que para que exista la leishmaniasis autóctona tiene que haber un vector que es el insecto que se llama Lutzomyia, como así también perros infectados y el ser humano. Acá si no hay una de las tres patas mencionadas, no va a existir leishmaniasis. Hay que tener en cuenta los hábitos de vida de este vector, que necesitan terrenos con mucha materia orgánica, sombreados, con húmedad, además el calor de esta época es ideal para desarrollo. Porque la Lutzomyia pone huevos en la materia orgánica, se ha visto básicamente cerca de gallineros y de chiqueros, entonces es importante tener presente todo este tipo de cosas", dijo la Dra. Silvia Roslik en su conversación con nuestra Agencia de Noticias.
Leishmaniasis
Se trata de enfermedades que poseen diversas formas de presentación (Leishmaniasis tegumentaria –cutáneas y mucocutáneas- y Leishmaniasis visceral) y que afectan tanto a perros como a humanos. Son producidas por una variedad de protozoarios intracelulares (Leishmania) transmitidos por la picadura de insectos flebótomos (que se alimentan con sangre) del género Lutzomyia. Desde el año 2000 en que aparece la enfermedad en la región, Brasil, Argentina y Paraguay, han experimentado un aumento de su área de dispersión y de ser originalmente rural ha pasado rápidamente a áreas urbanas y peri-urbanas. Hasta 2015 Uruguay no tenía casos autóctonos de Leishmaniasis visceral canina. El principal reservorio de esta parasitosis es el perro doméstico.