Paysandú (Por Maurín Goldman, especial para @gesor) El río Uruguay avanza frente a Paysandú, nuevamente, en forma inexorable, arrastrando tras sí a familias enteras que en algunos casos, deben lidiar también con sus animales. Es el caso de varias familias que residen en la zona de San Félix, que terminan el año fuera de sus hogares, los que ya debieron abandonar, y en tres ocasiones, en este 2015.
De acuerdo al informe del Centro Coordinador de Emergencias Departamentales (CECOED), hasta el lunes 237 personas debieron abandonar sus casas. De ellas, casi 100 fueron evacuadas por la Intendencia y 94 autoevacuadas, situándose el río Uruguay frente a Paysandú a una altura de 7,1 metros, y creciendo. Se informó también que la represa de Salto Grande está evacuando a un ritmo de 21.000 metros cúbicos por segundo. En 5,60 metros se sitúa la cota de seguridad, es decir, cuando comienza la evacuación de quienes viven cerca de la costa.
Las personas evacuadas fueron alojadas en la escuela 2, en el liceo 1, en la Unión Portuaria y en carpas del Ejército.
El río crece, no se detiene, y deja tras sí un paisaje desolado y vidas alteradas. Una mudanza, dos, un año sí y otro también, o no, una tregua hasta que se repite el ciclo. Y hasta que los damnificados optan por una solución definitiva, abandonar sus casas en zonas inundables. El problema es que no todos pueden acceder a otra vivienda. Sus precarias construcciones son las que pudieron construir en los únicos terrenos disponibles, o que no estaban pero ocuparon igual, a falta de otras opciones. La inundación nos recuerda ese problema que los sucesivos gobiernos progresistas no pudieron solucionar. En definitiva se construye donde se puede, que no siempre coincide con donde se debe, desde el punto de vista legal o urbanístico, que no siempre coinciden.
La creciente nos priva de disfrutar el río, apenas un par de semanas después que se lanzara la temporada de verano en la costa sanducera. La Dirección de Turismo debió aclarar que esos festejos no implicaban que las playas estuvieran habilitadas para baños, y la confusión es comprensible. Después de todo, no es fácil entender el verano sin playas, aunque durante mucho tiempo hayan permanecido olvidadas. Siempre queda el paseo por la costanera, pero ahora ni eso.
Las inundaciones alteran la fisonomía de la ciudad, obligan a pensar en soluciones para restaurar el barrio portuario, impiden disfrutar de su club a los socios del Club Remeros, del Pescadores, del Yatch club.
Los meteorólogos adquieren protagonismo, a través de las páginas de internet que nos permiten conocer las lluvias en Brasil, y obligan a las autoridades a adoptar acciones que no son las habituales en Uruguay: anticiparse al problema. Después de todo, el cambio climático llegó para quedarse, las estaciones han cambiado en forma definitiva, las temperaturas se parecen más a las propias de zonas tropicales, y si otros países pueden lidiar con catástrofes naturales mayores, porque no se podría por estos lares enfrentar inundaciones que, a escala uruguaya, no traen consigo la devastación que podemos apreciar en otras latitudes. Hay que ayudar a las familias afectadas a planificar la retirada, y a buscar soluciones para concretar su traslado definitivo a zonas más seguras, y que en éstas no sean rechazados.
En otros puntos
Frente a la ciudad de Salto, el río se ubicó en 13,4 metros, superando así los 12 metros, que es la cota de seguridad, obligando a la evacuación de 349 personas de sus hogares. Se estima que las aguas continuarán creciendo, y más familias deberán dejar sus casas ante la advertencia de las autoridades, de que Salto Grande no disminuirá su caudal de evacuación. Al contrario, seguirá en aumento para regular los 25.000 metros cúbicos por segundo que se aproximan al embalse de la represa. El lago de la represa ascendió a los 34,50 metros, y la situación se complicará ya que se pronostican más lluvias. Similar situación se vive en Artigas, con 315 damnificados por el desborde del río Cuareim en Artigas y del río Uruguay en Bella Unión. En este departamento, el nivel del río se encuentra en 7,15 metros, cuando la cota de seguridad es 6,5 metros. La primera quincena de enero dará un respiro, pero las lluvias retornarán a partir del día 15, aumentando la probabilidad de desbordes de ríos y arroyos. En todo el país, el Sistema Nacional de Emergencias (SINAE) estima que son cerca de mil las personas evacuadas, de las cuales 375 fueron evacuadas y 579 autoevacuadas.
Lo que vendrá
Ayer el Centro Coordinador de Emergencias Departamentales (CECOED) informaba que a la hora 10, el río Uruguay se ubicaba en los 7,30 metros previéndose que para el fin de semana llegaría a 8 metros.
CTM también ha informado que el 24 de diciembre el río llegará a los 7,50 metros mientras que entre los días 25 y 26, el nivel alcanzará los 8 metros.
El CECOED reitera a aquellas personas en riesgo, que decidan la evacuación en forma temprana para que los protocolos de asistencia se cumplan correctamente con el fin de minimizar riesgos.
Foto: Paysandú. Gentileza de Maurín Goldman (Semanario 20once).