(por Martín Corujo) Los reiterados hechos vandálicos realizados en la rambla de Mercedes nos hacen pensar como sociedad, llevando que a la comunidad deba replantearse un montón de cosas, ya que estos no deberían deberían ocasionarse en elementos que forman parte del ornato público.
A esta altura ni los flamantes bancos de madera se han salvado de ser rallados, dado que desde hace unos pocos meses han sido cambiados en distintas partes de la rambla. Ya no se salvan ni los muros, ni los monumentos, ni las columnas del alumbrado público.
Y parece mentira que nadie vea nada y que nadie denuncie ante la Policía en caso de ver o poder registrar por lo menos con un celular los actos vandálicos que en manos de malentretenidos se llevan a cabo tanto en la rambla como en diferentes zonas de la ciudad.
Seguramente las mismas personas que cometen estos atropellos contra la comunidad, son las que en su propia casa no van a llevar a cabo actos de esta naturaleza, no rallando sus paredes, ni el frente de su finca, o concretando similar acción a nivel de los muebles.