Este jueves, en el marco del paro convocado por el PIT CNT, en la sede del Plenario Intersindical de Soriano, los profesores de Secundaria, nucleados en AFESSOR hicieron saber su posición sobre el conflicto en la Educación a través de proclama leída por la Prof. Yenny Barreiro.

LA PROCLAMA

Los Trabajadores de la Educación nos encontramos luchando junto al pueblo organizado por un mejor presupuesto para la Educación Pública, que es de todos.

Recientemente logramos, junto al conjunto de trabajadores, estudiantes y al pueblo en general, el levantamiento del ilegítimo y represivo decreto de esencialidad impuesto por el Poder Ejecutivo, lo cual constituye un trascendental logro para la democracia y los derechos de los trabajadores. Este logro es fruto de la lucha y el compromiso y nos mantendremos alertas ante cualquier nuevo menoscabo de las libertades sindicales tan caramente obtenidas. Porque cuando se afecta a un sector de trabajadores se nos afecta a todos.

Dentro de una sociedad diversa con legítimas tensiones y disparidad de intereses y necesidades, se dan conflictos entre los distintos actores que la conforman. Conflictos que constituyen a nuestro entender no un obstáculo, sino una valiosa oportunidad de análisis y discusión de los temas centrales que preocupan o debieran preocupar a nuestro País.

La Educación, nuestra elección de vida, nuestra vocación, se constituye por estos días en tema de debate nacional, lo cual debería alegrarnos ya que la ubica en el lugar central que debiera tener siempre, lejos de discursos oportunistas y vacíos y más cerca de convertirse en una preocupación real que nos ocupe como nación en resolver sus desafíos presentes y futuros. Desafíos que no podrán ser encarados sin nuestra participación, comprometida, crítica y reflexiva.

El que no exista Educación sin Educadores debiera dejar de ser algo más que un vacío slogan, para convertirse en el centro de un debate sobre nuestro rol en la sociedad y sobre qué se necesita para que lo cumplamos de forma digna y efectiva.

Al inicio de este nuevo período de gobierno renovamos la esperanza de reubicarnos en un lugar valorado por la sociedad a la que servimos. Porque el salario no es tan solo un medio para satisfacer necesidades, también es una expresión del valor que la sociedad le adjudica a tu trabajo, de lo que cree que tu esfuerzo y formación le aportan al colectivo. Pero nuevamente nos enfrentamos a una negociación demorada, intencionalmente demorada, a un convenio colectivo que parece diseñado más para disciplinarnos que para defender nuestros derechos como trabajadores, con puntos oscuros cual caballos de Troya esperando a desvelar su real significado, con llamados imprecisos a “logros y metas” nunca explicitados, muy parecidos a los de la Reforma Rama y muy poco a los postulados históricos de los trabajadores de la educación.

Y volvimos a escuchar a Ministros hablarnos con desdén desde la lejanía de quién no pelea por llegar a fin de mes, ni se pregunta si su hijo podrá o no ir a la Universidad. Y se llenó el discurso, aún de los que nos defendían, de “peros”: “El salario de los trabajadores de la educación es importante, PERO, no es lo único”. Como si hiciera falta pedir disculpas por entender que somos trabajadores y tenemos derecho a un salario digno que nos permita una vida también digna junto a nuestras familias. Como si no dependiera en gran medida nuestra capacidad como docentes de la cantidad de horas que nos vemos obligados a trabajar, del estrés que sufrimos por las cuentas impagas, de la inseguridad sobre cuantas horas podremos tener el año que viene y un largo etc. Como si la creciente falta de docentes en Ciencias y otras áreas no tuviera relación con lo poco atractiva que es para los jóvenes la carrera docente, tanto económica como socialmente. El viejo mito del “apostolado” construido para negar nuestras demandas y no exigido a otras profesiones se permea inconsciente o conscientemente en los discursos de quienes desde el poder se refieren a nosotros.

Todos quienes estamos hoy aquí reunidos somos hijos de la educación pública, por lo que conocemos cual ha sido la rica historia de lucha de miles de trabajadores y estudiantes por defenderla de los innúmeros intentos de destruirla en aras de sostener los privilegios de clase en una sociedad excluyente. Esta lucha no ha terminado, es permanente y sólo será posible y generará un cambio duradero con nuestra participación activa y comprometida,

Estamos en una nueva etapa de esta lucha: continuamos negociando con el Poder Ejecutivo un acuerdo que nos permita encarar nuestro trabajo centrados en él y no en el esfuerzo cotidiano por llegar a fin de mes, desbordados de horas y sin espacio para la formación, nuestra familia y el ocio tan necesario como creativo. Al mismo tiempo intentaremos convencer al Parlamento de dotar de más recursos a la Educación, lo cual demostraría la importancia real, no discursiva, que los parlamentarios le adjudican a la educación pública, al tiempo que desmentiría la imagen de un parlamento como mero brazo instrumental del Ejecutivo.

Continuaremos bregando por lograr un presupuesto educativo que asegure una educación de calidad para nuestro pueblo, camino que transitaremos junto a todos aquellos que ven en la educación el medio para lograr la realización individual y colectiva. Pero lo haremos sin chantajes, amenazas ni condicionamientos a nuestro legítimo derecho a reclamar lo que es justo. Por lo tanto exigimos la eliminación del Proyecto de Presupuesto del artículo 619 que condiciona las partidas para un incremento salarial real y la disminución de inequidades, a la firma del convenio colectivo, lo cual es absolutamente inaceptable; de la misma forma tampoco aceptamos la clausula de paz del convenio propuesto que pretende condicionar nuestra lucha por presupuesto y condiciones de trabajo.

La lucha puede tornarse ríspida, desgastante, cuestionándonos e interpelandonos, pero también nos eleva por encima de nuestros problemas individuales e inmediatos para situarnos como actores fundamentales en la creación de una sociedad más justa e incluyente. Una sociedad donde se valore a la Educación como factor liberador y a los Educadores cómo profesionales imprescindibles, respetados y retribuidos adecuada y dignamente.

Pero nada de esto será posible ni generará un cambio duradero sin nuestra participación activa y comprometida, por eso les pedimos que nos acompañen, así como nosotros acompañaremos las luchas de todos los trabajadores por mejorar su vida y la de sus familias, porque nuestra lucha es la de todos.

¡ARRIBA LOS QUE LUCHAN!

Asociación de Funcionarios de Enseñanza Secundaria de Soriano