(por Martín Corujo) Sin lugar a dudas que del caso CEPRILI y de todas las repercusiones que el tema ha generado, surgen varios aspectos para analizar sobre lo ocurrido y lo que se pueda dar a futuro.
Por eso, es necesario poner a consideración que saltan varios aspectos a la luz, con el propósito de reflexionar y de tomar un inevitable abordaje de una serie de contradicciones que queda al descubierto sobre el tema de la minoridad, fundamentalmente lo relativo a la acción de los adolescentes infractores, la mezcla que se da entre lo Político, lo Sindical y lo Judicial, cosas que se mueven de manera totalmente independiente, pero con un claro debate que ha surgido sobre cómo se debería haber actuado y como se debería actuar de aquí en más en casos que dejan grandes secuelas y agravan aún más la problemática que vive nuestra sociedad.
Por todo ello, varias precisiones o puntualizaciones:
-Procesan a personas por controlar una situación de violencia provocada por adolescentes infractores que vaya a saber con qué prontuario están internados en ese lugar (más allá de que después de estar reducidos y controlados no se justifica ningún otro hecho de violencia)
-Entonces, ¿qué hacer con los adolescentes infractores?, ¿hay que dejarlos que hagan y deshagan, destruyendo todo? ¿cómo se entiende la situación?. Si algunos de ellos está privados de libertad por homicidio o por otro delito grave, ¿cómo explicar todo esto a las víctimas que han sufrido sus actos delictivos en carne propia?
-Por otro lado, los mismos que muchas veces aplaudieron a la Justicia por otros casos de derechos humanos hoy la están cuestionando por todo lo sucedido. Entonces ¿cómo entender esta otra situación?
- ¿Cómo poder separar el Poder Político del Judicial (cosas totalmente independientes), si existen tantas presiones?, ¿así se actuará de aquí en más?, ¿los líderes políticos y sindicales se seguirán cortando la cabeza entre ellos para encontrar una mejor posición, todo ello sin tener en cuenta que la mayoría de las veces queda de rehén la población?
-¿Qué hacemos, para dónde agarramos, cuál es el mejor camino? ¿Al país en manos de quien lo dejamos?
- Imposible digerir estas cosas y poder encontrarles una explicación justa.
-Otra cosa, tanto los funcionarios de INAU como la propia Policía seguirán atados de mano para actuar en situaciones de esta naturaleza. ¿Quién va a querer meterle manos a los violentos?, ¿qué derechos humanos deben prevalecer, los de los delincuentes o los de los buenos vecinos y trabajadores?
-Legisladores, de manera urgente deben comenzar a trabajar para crear nuevas leyes o actualizar las que hoy por hoy ya no tienen ni pie ni cabeza, como así también es necesario que las instituciones que trabajan con protocolos o normativas que son añejas que las actualicen antes de que las desgracias sean mayores.
(*) Columna de Opinión de Martín Corujo Idiart.