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22 de August del 2015 a las 12:41 -
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Claro que sí, ¨en Pense también se hacen cosas buenas¨
Así se expresaba una operadora penitenciaria al recibir junto a tres internos de la Unidad 24 del INR mención especial en feria de clubes de ciencia

Si bien hubo varios hechos y aspectos en general para destacar de la Feria Departamental de Clubes de Ciencia de Soriano, particularmente tuvo muy buena repercusión hacia su propia interna como para quienes visitaron el stand, la presencia de tres jóvenes recluidos en la Unidad 24 de Pense del Instituto Nacional de rehabilitación.

Santiago, Gabriel y Mauricio son los representantes de un grupo mayor que está dedicado a tareas de huerta en la Unidad de Pense.

Santiago el más locuaz, toma la posta y cuenta, "el proyecto se trata de una huerta orgánica es decir que no utilizamos productos químicos, usamos todo natural. Llegamos a una tierra que estaba seca por la plantación de eucaliptos y lo que estamos haciendo es fortificar la tierra y con ello fortaficarnos, en el trato con los compañeros, y con los operadores. Utilizamos tierra nada productiva por el estado en que se encontraba, arcillosa, mezclamos los residuos de la cocina con esa tierra y con cenizas que también viene de la cocina, cartones, cajones de verdura y estiercol de vaca".

Explicó que lo primero "es fertilizar la tierra, luego hacer los almácigos con las plantas y después las pasamos de los almácigos a la tierra que ya está pronta para cultivar, tenemos una ingeniera que todos los meses viene, nos asesora y plantea objetivos. Vamos aprendiendo, yo no sabía nada, él tampoco (Gabriel), nos gusta mucho, estamos bien metidos en esto".

Indicó que son ocho en este proyecto, "pero se nos rompe una pala y la llevamos a la herrería que también es de la cárcel y hay tres o cuatro personas que nos arreglan las herramientas. También en la cocina hay unos veinte compañeros que nos dejan las cáscaras, nos ayudan con las cajas de cartón, con los cajones de madera, nos ayudamos entre todos. A su vez hay una bloquera que está funcionando y allí usan el pico, pala, que nos prestan para hacer los canteros".

Recuerda "recién arrancamos, hace cuatro meses que estamos con ésto, viendo los primeros frutos, con plantines de 5 cms durante tres meses".

Habla con entusiasmo, "esto nos cambió totalmente, pasamos de un contexto de encierro, todos los días con problemas, llegamos a un lugar abierto, con un sistema de trabajo con oportunidades de estudio, de descontar, poder tener visitas tranquilo, llegar, bañarte, comer comida rica, volver a estudiar, venir a acostarte y no tener problemas con nadie en ningún momento, es un gran cambio y muy bueno. No es como la otra cárcel que salías peor, ahora te vas a rehabilitar, de verdad, al menos de mi parte lo siento así".

Gabriel se mostró "totalmente de acuerdo con Santiago, el establecimiento de ahora nada que ver al anterior, estamos bien, como se llama centro de rehabilitación, tenemos un salón para comer, dentro del perímetro contamos con herrería, bloquera, mucho apoyo de los funcionarios tanto policiales como de operadores penitenciarios, taller de plástica que nos hizo los paneles, la maquete, cuadros, pinturas, nos ayudamos todos".

Vuelve al uso de la palabra Santiago, "pensamos que en el futuro podemos alimentar a los pabellones, porque de esta comida nos vamos a autoabastecer y al mismo tiempo autoabastecer de semillas a la huerta. ya estamos viendo los primeros frutos con arvejas plantadas y cosechadas por nosotros mismos, le sumamos lechuga, repollo, remolacha, ajos, cebollas, papas, estará bueno comer lo que producimos, además de ser comida natural, no utilizamos químicos".

Dice que empezaron "con canteros de nueve metros, ahora tenemos de 22 metros y los que se vienen van a ser de 30 a 35 metros, aprovechamos todo, nos relacionamos entre los presos y al mismo tiempo con los funcionarios que necesitamos de ellos con confianza mutua, al mismo tiempo tenemos responsabilidades, hay un hábito de trabajo, generás una rutina, hacemos lo que nunca hicimos, trabajar en conjunto con personas que no conocíamos".

Otro cambio sustancial para ellos, "eramos consumidores de estupefacientes, ahora estamos totalmente libres de drogas y obviamente no queremos volver a consumir, sin drogas podemos hacer que nuestra cabeza piense en un trabajo que en la cárcel no lo pensaba", dicen ambos.

Pero no sólo vale la pena escucharlos, estar con ellos compartiendo un momento en el que cuentan como les está yendo, sino que quienes deben estar en el día a día con ellos, los llamados operadores penitenciarios, acompañándolos en esta instancia eran dos mujeres jóvenes y cual de las dos mostraba mayor entusiasmo, y que cuando recibieron la mención especial, una de ellas pidió el micrófono para decir tan significativamente, "para que vean que de Pense también salen cosas buenas", mientras que la compañera claramente emocionada hasta las lágrimas se abrazaba con los internos.

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COMENTARIOS
Enviado por: Juan
Felicitaciones por lo que hacen y sin lugar a dudas un ejemplo a seguir por los demás reclusos.

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