Hacia una transformación de la educación: ¿por qué defendemos la labor docente?
Por la dedicación. Los docentes antes de llegar a cumplir diariamente su rol de enseñantes, estudian, preparan recursos, materiales, textos, situaciones, etc. para llevar a sus alumnos. En este proceso de Planificación deben pensar objetivos, redactar los caminos para lograrlos, prever cómo resolverán los estudiantes, qué preguntarán, qué emergentes pueden surgir en estos procesos, y cómo afrontarlos.
Además de tener siempre estrategias de contención, herramientas útiles para afrontar problemas sociales, como el desamparo cuando los alumnos llegan con frío, con hambre, angustiados, eufóricos, sin pautas de convivencia para con sus pares y con los adultos, el maltrato y abuso sufrido por niños y adolescentes a diario.
Por la especialización. Los docentes son profesionales especializados en educación, son los únicos especialistas en Didáctica, la disciplina qué sistematiza el qué y cómo enseñar, con aportes de la Sociología, la Filosofía y la Psicología.
Por el desprestigio de su profesión. Los docentes afrontan a diario situaciones de violencia, propias de una sociedad que no reconoce la importancia que los educadores tienen en ella. Situaciones tales como: intromisión en los contenidos a enseñar (todos ellos dentro de la Propuesta Programática), desacuerdos en las calificaciones, como si dentro de todo lo que un docente sabe y debe hacer no estubiera la de calificar la actuación y responsabilidad de sus alumnos dentro del aula, etc. Así como la exigencia por parte de las familias de hacer de la educación formal el único modo posible de enseñanza de pautas comportamentales de sus hijos.
Porque los docentes enseñan. Los docentes son los únicos agentes de enseñanza especializados y preparados para ser los guías y acercar las herramientas necesarias con las que sus alumnos podrán construir el conocimiento. Conocimientos estos que se encuentran enmarcados dentro de un currículum creado y dispuesto dentro de los saberes que se esperan para una sociedad en la que los sujetos son los protagonistas del cambio.
Por la sumergida remuneración de su trabajo. Los docentes poseen una remuneración en desacuerdo a la totalidad y calidad de su trabajo. El sueldo reconoce y mal sólamente el tiempo con sus alumnos, deja por fuera todas las horas dedicadas a la preparación de sus clases, a la investigación de los conocimientos que los estudiantes poseen para enseñarles en consecuencia, al tiempo invertido en calificaciones, a las horas de trabajo administrativo, a la formación permanente a la que están sujetos los docentes en una actitud de ética profesional.
Porque son trabajadores. Los docentes tienen derecho a un salario digno porque son trabajadores. Tienen derecho a vivir dignamente y sentir que llegar a fin de mes no es una desventura. Tienen derecho a descansar.
Es nuestra obligación como ciudadanos el proteger esos derechos, a sabiendas que la labor de un docente es y será imprescindible para empoderar nuestra sociedad, las generaciones actuales y las venideras, y así lograr el cambio tan ansiado y necesario.
¿Qué reclaman los docentes?
Más y mejores centros de enseñanza.
Equipos multidisciplinarios.
Cantidad de estudiantes por grupo adecuada para que los procesos de enseñanza y aprendizaje se den en óptimas condiciones y que ocurra así la construcción de conocimientos acorde a cada uno.
Reconocimiento de las horas trabajadas fuera del horario de trabajo remunerado.
Más salario, es decir un salario digno que fortalezca la institución familiar del docente y el accionar del mismo en su trabajo.
Un respaldo contundente a la profesión docente, como señal positiva para aquellos jóvenes que desean abrazar esta profesión. Porque la vocación existe y se abre camino a sabiendas de que la docencia hoy en nuestro país es una forma de vida que gratifica únicamente cuando un alumno entra al aula y saluda; pero cuidado, hasta cuándo esto será suficiente para que un joven decida por encima de otras transitar por esta profesión. Una profesión que requiere un horario completo para la Teoría y otro horario completo para la Práctica, que si bien lleva cuatro años de formación inicial, se sabe que nunca se puede dejar de estudiar, ya que el cuerpo de conocimientos que se enseña cambia constantemente y surgen nuevas investigaciones que son necesarias incorporar en la práctica docente.
Mediciones cualitativas, más que cuantitativas, que den cuenta de logros que tienen que ver con el empoderamiento de niños y adolescentes, con la adquisición de nociones de derechos y obligaciones, con situaciones de relacionamientos, afectos, confianza, etc.
¿Quién pide el 6% del PBI para la Educación?
El pueblo uruguayo en general haciéndose eco de los objetivos programáticos del actual gobierno.
¿Para qué, el país necesita más presupuesto para la educación?
Para continuar mejorando el sistema educativo. Entendiendo que esto no resolverá todos los problemas ya que muchos de ellos no son de orden económico.
Para seguir siendo, el ámbito educativo, el único que salva las diferencias entre las clases sociales más olvidadas, pauperizadas y aquellas con más recursos. Es así que la equidad encuentra en nuestra educación la única vía de materialización.
Para estar a la par de países como Argentina y Brasil que invierten 6,3 y 5,8 respectivamente, de sus productos brutos internos, según fuente de la UNESCO. (Último dato posterior al año 2000).
Maestro Enzo Malan Castro
Representante Nacional por Soriano
Espacio contratado PS Socialista