Con todo respeto y amparado por la pluralidad de opiniones que este ámbito admite y defiende, quiero realizar una breve reflexión sobre la jornada de paro que nuestro país vivió el pasado jueves.

Sus organizadores la califican de histórica por el importante grado de acatamiento que la medida tuvo a nivel de todos los trabajadores, de diferentes áreas.

Nuestra Constitución sabiamente admite este derecho que tienen los trabajadores, como medida de hacer valer sus reclamos.

Sin embargo, estamos convencidos que esa sabiduría no acompaña a los convocantes de este paro, con el cual sin lugar a dudas perdió el país en su conjunto, incluyendo a los propios trabajadores que ven desvalorizados sus salarios, en muchos casos muy menguados de por sí.

Los convocantes son los mismos sindicalistas que defendieron a este Gobierno en plena campaña electoral y que recién ahora se dan cuenta que las cosas no estaban tan bien como las pintaban.

Son los mismos sindicalistas para los que es igual estar del lado de los trabajadores como del poder y con sus actitudes divergentes no garantizan ningún acto justo y por tanto no pueden ser creíbles.

Son los que siempre han utilizado el Movimiento Sindical como plataforma para llegar a ocupar cargos políticos de preponderancia y lo hicieron, sin duda, favoreciendo siempre a la izquierda de este país, haciendo creer que la misma goza de buena salud.

Ejemplo claro de la dualidad de criterios, son hoy día el actual Ministro de Trabajo Ernesto Murro y el Director Nacional de Trabajo Juan Castillo, quienes actuando del otro lado del mostrador, opinaban distinto.

Criticaron a los anteriores gobiernos y hasta se quejaron de la herencia maldita, que ahora parecen aplicar con mayor énfasis.

Era pecado mortal y privatización lisa y llana, cualquier intento de participación de los privados en distintos emprendimientos y sin embargo hoy aplican este sistema a ojos vista.

Después de generar el odio y el permanente enfrentamiento de clases, que todavía conserva sus vestigios, ahora para satisfacer el capricho de algunos camaradas que se jugaron una fija sin tener en cuenta lo que le costaba al país, hoy buscan desesperados un socio privado para llevar adelante el ya famoso Antel Arena.

Siempre utilizando a los trabajadores, explotando su necesidad imperiosa de contar con sustento para poder sobrevivir.

Lo que más duele es el desparpajo que tienen estos personajes que hace poco nos dijeron que el país estaba en su etapa más floreciente y ahora, después que el pueblo confió en ellos, hablan de la necesidad de hacer recortes, de utilizar la moto sierra, que parece cambió de dueño.

Más reciente aún. Convocaron el paro para protestar por las pautas salariales del Gobierno y al cabo de un Consejo de Ministros especial, el titular de Economía ratificó dichas pautas y los sindicalistas, al día siguiente, se mostraron conformes.

Quién les puede creer entonces. Nosotros no, porque nos preguntamos si este paro, tan histórico, del jueves pasado no fue solo fuego de artificio, para entretener y hacer perder, una vez más a los trabajadores y al país todo.

Por lo tanto, quiero manifestar mi más ferviente deseo, de que los trabajadores, quienes ejercieron su legítimo derecho constitucional y lo hicieron con hidalguía, a la hora de cosechar lo sembrado, con esta medida de fuerza, no se encuentren con las manos llenas de hipocresía.

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En otro orden, hay dos hechos de la semana que han calado muy hondo diría.

Uno de ellos, tomar conocimiento a través de programa periodístico, de graves denuncias, que están relacionadas a las Colonias Etchepare y Santín Carlos Rossi.

Aclaro sí que es un tema que siempre ha estado en el tapete, no es solamente de estos últimos años ni de este gobierno, pero llama sí la atención que pese a reiterarse las denuncias y su importancia, recién como consecuencia del informe periodístico el Director de Salud Mental de Asse, Horacio Porciúncula, anunció investigaciones administrativas.

Por qué no se hizo antes teniendo en cuenta, por ejemplo, el comunicado emitido en el mes de mayo ppdo. por la Academia Nacional de Medicina del Uruguay, presidida por el Dr. Guido Berro, advirtiendo sobre los comportamientos aberrantes observados en el ámbito de la asistencia médica en las Colonias Etchepare, Santín Carlos Rossi y Hospital de Clínicas, denunciando además una desvalorización moral imperante en la sociedad, con pérdida de los puntos de referencias éticos y del sentido de respeto por las personas?

Más aún, según ha trascendido, la investigación dispuesta tiende particularmente a descubrir quién o quiénes fueron los que proporcionaron el macabro video al programa de referencia.

Sorpresa mayor, es como aparentemente y según el informe, se premiaría al actual director Osvaldo Do Campo con el traslado a la Dirección Técnica de Residencias Asistidas en Casas del Medio Camino del nuevo proyecto que se va a elaborar para sustituir a las colonias.

Sentimos Indignación, impotencia, repudio, una seria de sensaciones que no podemos llegar a trasmitir por lo profundo y doloroso de todo esto.

Pregunto Sr. Presidente ¿donde están los que defienden los derechos humanos? Diariamente vemos connotados juristas, personalidades políticas e integrantes de instituciones de derechos humanos que reclaman por los mismos, ¿será que muchas veces se lucha por aquello que les conviene, donde algunos lo usan como un verdadero negocio e ignoran a quienes realmente lo necesitan?

Espero escuchar esas voces reclamando también justicia para los enfermos afectados, que lamentablemente esperan que les llegue la hora para finalizar el camino, porque en estas condiciones nunca se reinsertarán en la sociedad.

Seguimos perplejos ya que a esta situación se suma lo ocurrido en uno de los Hogares del Sirpa, con tratamientos inconcebibles hacia menores infractores y como nos tiene acostumbrado esta administración, se habla solo de protocolos.

La situación fue avalada por el Vicepresidente del PIT CNT, nada menos, sin que nada suceda y por ahora motivara que se levantaran tímidas voces de repudio, cuando los hechos ameritan enérgica condena de todos los ciudadanos.

Ello es así porque no estamos hablando de pérdidas económicas, como las ocurridas, entre otras, con Pluna y Ancap, sino de vidas humanas que tienen mucho más valor.

Solicito Sr. Presidente tomen conocimiento de mis palabras Presidencia de la República, Sr. Ministro de Salud Pública, INAU, PIT CNT, diputado Gonzalo Novales, resto de Juntas Departamentales del País, y Comisión de Derechos Humanos de esta Junta Departamental.