Cada familia que pasó al frente para recibir la llave de su vivienda del complejo de COVIANALPA 10, hizo referencia a una compañera, socia, que estuvo desde los inicios y que por una cruel enfermedad, partió siendo muy joven, dejando un cariño especial en todos quienes compartieron con ella diferentes etapas. Su fotografía en el centro del escenario presidió toda la ceremonia, allí estuvo Cecilia Pereira, espiritualmente junto a sus compañeros y a sus seres queridos, como su hijo Cristian Blanco que subió al escenario acompañado de la madre de Cecilia, su abuela.
Mariela Magliano González, fue una de las socias que habló, manifestando, "llegó el día esperado, el que tanto anhelamos, nuestro sueño se hizo realidad, nuestra casa. Doy gracias por ser partícipe de esta etapa que recorrimos juntos, un camino largo, que a veces se nos hacía cuesta arriba, pesado y difícil de sostener.
A pesar de todo seguíamos para adelante, con fuerza, con dolor, lo único era pensar en nuestra casa".
Recordó que se pasaron "momentos feos, lindos, hermosos, risas, llantos, peleas, muy malos momentos, pero pasaban como tanto pasa en esta vida. Acá estamos hoy 27 de julio, con muchas emociones juntas, fecha que recordaremos siempre, así como esta cooperativa, juntos siempre".
Agradeció "infinitamente a toda esa gente maravillosa que fue partícipe de este sueño, amigos, familia, compañeros, vecinos, al instituto y a todas aquellas instituciones que estuvieron y nos hicieron el aguante, a todos aquellos que recorrieron junto ésto, que es algo maravilloso, construir nuestra casa. Orgullo y placer de tener a todos estos compañeros, esta gran familia, COVIANALPA 10".
El final para Cecilia, "en lo personal y creo que todos lo sentimos así, felicitar a nuestro compañero Cristian Blanco, madre, abuela Leticia y nuestra compañera Cecilia Pereira que hoy no está físicamente pero sé que está entre nosotros, a su hijo y a su mamá que llevaron a cabo su sueño, gracias a toda COVIANALPA 10 por darnos tanto".
Hasta que llegó el turno de subir a recibir la llave, a Cristian Blanco, quien visiblemente emocionado, junto a su abuela, dijo que se trata de "un sueño hecho realidad, el sueño de tener mi casa propia, la mía y la de mi abuela".
Pero enseguida agregó, "más que un sueño, una gran promesa, para la persona que un día empezó a transitar en busca de un mejor bienestar, el tener el tan anhelado techo propio.
El sueño que alguien que lamentablemente por cosas de la vida, no pudo ver realizado".
Seguidamente hizo mención a lo prometido a su madre, "por eso desde el momento que partiste te hice una promesa y esa promesa fue que iba a seguir con tu sueño, nuestro sueño, con la vivienda, me esforzaría para ver concretado ese sueño.
Y llegó el día tan esperado, el que se veía tan lejano y hoy es una hermosa realidad.
Aunque no estés conmigo físicamente, yo sé que siempre estuviste acá, a mi lado, en cada jornada de trabajo, en cada reunión, en cada sereneada, en todo.
Hoy no podías estar ausente, hoy puedo mirar al cielo y decir tranquilo, promesa cumplida, lo que tanto soñaste, tu casa, mi casa. Mamá, gracias por tanto, te amo".