Según la información divulgada por diario El País en su versión digital, Alejandra Rodríguez junto a su esposo viajaron a Paysandú en búsqueda de su hijo que desde el 23 de enero de este año se encuentra desaparecido.
"En este mismo momento lo estamos buscando por todos lados, trillando todos los lugares posibles" indicó la madre de Ignacio a El País. "A raíz de varias llamadas telefónicas (desde Paysandú), decidimos venirnos a buscarlo, siempre nos llaman diciendo que lo vieron, pero esta vez nos llama la atención que son muchos (llamados) desde el mismo lugar".
En principio, según información a la que accedió El País, los padres del joven tenían información sobre que estaba trabajando en la zafra de naranjas en Salto y que allí permanecía desde hacía un par de semanas.
En ese momento la policía realizó una búsqueda por diferentes lugares del departamento salteño sin éxito.
Según la información recabada por la familia con los llamados telefónicos recibidos en los últimos días, a Ignacio lo vieron "en terrenos baldíos, en la ruta, por las calles de Paysandú sin rumbo y desprolijo".
Fuentes judiciales del departamento de Canelones (que son quienes llevan adelante el caso desde que se encontró el auto de Ignacio en Lagomar) dijeron en la tarde de este lunes que la búsqueda del joven se "entrecortó cuando dejaron de haber elementos probatorios, o algo que nos diera indicios de que podía estar en algún lugar".
Por su parte, desde el Ministerio del Interior dijeron a El País que los padres de Ignacio se reunieron con la Dirección de Crimen Organizado a fin de brindar más detalles sobre el caso.
En este sentido, la policía también inició una búsqueda (hace dos semanas aproximadamente) por Paysandú, donde tampoco se pudo dar con el joven desaparecido ni con gente que les dé mayores pistas de dónde podría estar.
Los padres de Ignacio también fueron alertados sobre llamadas "maliciosas que lo único que buscan es otro fin, contrario al de apoyar la búsqueda" indicaron desde el Ministerio del Interior.
José Ignacio Susaeta de 23 años, desapareció el 23 de enero de este año de manera sorpresiva. El momento coincide con el cumpleaños de su padre, y un día después de que el joven estudiante en la Facultad de Ingeniería estuviera por una semana de vacaciones en el balneario Punta del Diablo.
(*) Información de diario El País
Esa noche, Ignacio salió de su casa a las 20:30 aproximadamente, en su auto marca Chevrolet Spark color negro de camino a la casa de un compañero de clase y luego, según relataron los padres en reiteradas ocasiones, pasaría a buscar a su novia. Ignacio nunca llegó a ninguno de los dos destinos.
Dos días más tarde, el auto apareció "sin señales de violencia y con una carta de despedida en el interior" en la zona de Lagomar.