Ayer en la sede del Plenario Intersindical de Mercedes se recordó el 42 aniversario del golpe de Estado. Esta triste fecha fue recordada por sindicalistas y representantes de instituciones sociales y políticas con un acto donde integrantes de la Comisión Memoria Justicia y Contra la Impunidad leyeron una proclama que compartimos a continuación:
27 de junio 2015- 42 años.
Hoy nuevamente estamos aquí, recordando la fecha del Golpe de Estado y la instalación del Terrorismo de Estado en nuestro país.
En realidad lo hacemos hoy porque es la fecha en que se disolvió al Parlamento y se instaló desembozadamente la dictadura cívico-militar. Pero no debemos olvidarnos, de que en realidad, ese día culminó un proceso que venía de antes.
Proceso que tenía entre sus objetivos cambiar profundamente la matriz económica, productiva y social de nuestro país. Las clases dominantes se propusieron entre sus objetivos centrales cambiar la proporción en que se distribuía el resultado del trabajo del conjunto del pueblo uruguayo. Dicho de otra manera cambiar la correlación en que el Producto Bruto Interno se repartía entre ganancias de las empresas y salarios y beneficios de los trabajadores.
No podían lograr eso con libertades sindicales, con libertad de expresión, libertad de manifestarse y derecho a huelga. No podían conseguir sus objetivos con la correlación de fuerzas de la época y la cambiaron a sangre y fuego.
Ya los años 1968-69 nos mostraron episodios claros y concretos de como se empezaba a instalar el autoritarismo en nuestro país. Dura represión a los trabajadores que ejercían su derecho a huelga, represión que incluyó la militarización de algunos gremios como el de la UTE o el de los Bancarios. Aquí en Mercedes los trabajadores fueron detenidos llevados al cuartel General Luna, allí donde hoy funciona Mercedes Terminal Shopping y desde allí los traían presos en camiones del Ejército y a veces a pie y los obligaban a ocupar sus lugares de trabajo.
Nos importa muy especialmente trasmitirle esto a los más jóvenes, a las nuevas generaciones, porque nos parece que la única garantía de no repetición de estos hechos es entender realmente porque pasaron. Seguramente las causas de ese proceso autoritario que coronó el 27 de junio de 1973 sean diversas. Pero no tenemos ninguna duda en que esto que expresamos es la causa principal.
La instalación del Terrorismo de Estado en nuestro país, se da en contra del conjunto del pueblo uruguayo, de sus organizaciones sociales y en especial de su clase obrera organizada.
Por eso es que cada 27 de junio nos encuentra convocando juntos a quienes trabajamos en la Comisión Memoria, Justicia y Contra la Impunidad y al Plenario Intersindical.
Hemos trabajado desde el lado de la memoria, con las baldosas recordando a cada uno de los detenidos-desaparecidos de nuestro departamento, se colocó junto con los profesores organizados una placa en el liceo Campos en homenaje a Carlos Cabezudo. Hace poco le entregamos al MEC más de 500 firmas solicitando que se cumpla la ley que mandata señalar los sitios donde se practicó el Terrorismo de Estado y que se señale la vieja instalación del cuartel de Mercedes. Ahora estamos trabajando en la construcción del “Espacio Memoria”.
Lo planteamos desde el llamado a concurso como un espacio para el encuentro y la reflexión.
Porque si bien es muy importante recordar, “porque la Impunidad es hija de la mala memoria” también es muy importante entender las verdaderas causas de lo que pasó en esa larga década en nuestro país.
El Terrorismo de Estado se aplicó contra el conjunto del pueblo uruguayo y sus organizaciones sociales:
Por lo tanto, nadie tiene derecho, por más alto cargo que ocupe o por más encumbrado dirigente que sea a adjudicarse el rol de reconciliarse con el Terrorismo de Estado en nombre del pueblo.
Nadie tiene derecho en nombre del pueblo a plantear dar vuelta ninguna página.
Nadie tiene derecho en nombre del pueblo a plantear como gesto de reconciliación hacer un monumento con metal fundido de armas de los dos bandos.
Porque los dos únicos bandos que existieron, fue por un lado el conjunto del pueblo uruguayo con la clase obrera a la cabeza defendiendo sus derechos conquistados en largas décadas de lucha y del otro el Terrorismo de Estado que culminó con una dictadura cívico-militar.
Si quieren hacer un gesto dirigido hacia el pueblo uruguayo y sus organizaciones lo primero que tiene que haber es un reconocimiento explícito de la aplicación del terrorismo por parte del Estado.
Luego de eso, si quieren fundir algunos metales, podrían por ejemplo fundir la picana eléctrica con la que torturaron, fundir las barras desde donde colgaban a los y las compañeras, fundir los caballetes y los tachos donde practicaron submarino contra los militantes populares.
En este país lo que tiene que suceder es que haya de una vez por todas verdad y justicia.
Nunca más Terrorismo de Estado.
Comisión Memoria Justicia y Contra la Impunidad.
Soriano.