04 de June del 2015 a las 09:04 -
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Algo mucho más complejo que la pobre caricatura del lenguaje inclusivo
El diputado Enzo Malán expuso en la media hora previa de la Cámara baja sobre “las contradicciones de las relaciones sociales de género”.

El diputado frenteamplista Enzo Malán se refirió a la complejidad de la perspectiva de género en la producción legislativa. Exponiendo en la media hora previa de la sesión de la Cámara de Diputados , Malán se refirió a este tema. A continuación compartimos lo expresado por el diputado Malán:  

“Señor presidente: 

En el Uruguay está el Instituto Nacional de la Mujer como organismo rector de las políticas de género. Este es un signo, una señal de que en nuestro país se han empezado a visualizar algunas realidades cotidianas que antes existían pero pocos caían en que allí estaban. Sin embargo, hasta los paradigmas más progresistas muestran vetas conservadoras cuando se trata de mover la dinámica social a partir de las contradicciones de las relaciones sociales de género. Comprender la realidad con una perspectiva de género implica mirar, de manera crítica y libertaria, los paradigmas centrados en una racionalidad masculina, que muchas veces se muestran como neutros con respecto a las cuestiones de género. Esto también evidencia un actuar ideologizado. Evidentemente, es algo mucho más complejo que la pobre caricatura de usar un lenguaje inclusivo. Muchas veces las cuotas políticas son tan elásticas que resultan meros ejercicios para tranquilizar las conciencias de quienes han caído en la cuenta de la trascendencia del tema.

Es mucho más complejo. Se trata de un tema normativo, legislativo, pero que no lo abarca. En Uruguay se ha venido realizando una interesante producción legislativa, es decir, normas formalmente promulgadas que no han logrado los resultados esperados, como la disminución de la incidencia y la gravedad de los efectos producidos por la discriminación a las mujeres y la violencia de la cual son objeto. Quizás ello se deba a una dispersión de los organismos que buscan aportar al tema o a que en algunos casos ha faltado profundizar en leyes con perspectivas de género. No es lo mismo hablar de ley de violencia de género que hablar de ley de violencia contra las mujeres, donde se incluyen las modalidades que adopta sus diversas manifestaciones. Reconocer la violencia en contra de las mujeres, caracterizarla, desmitificarla y denunciarla es una manera de asumir el desafío ético y político de erradicarla.

Otro aspecto que tiene relación con este asunto es, por ejemplo, el de las mujeres que, sin haber nacido mujeres, se consideran a sí mismas como tales y llegan a solicitar formalmente el cambio de nombre, ya que han asumido una identidad de género diferente a su genética o fenotipo. ¿Cómo trata la sociedad a estas personas?

Como se puede advertir, aun desde la normativa hay un vasto campo para trabajar y generar, desde la institucionalidad, procesos de transformación social y cultural. La transformación social supone la emancipación de toda expresión cultural patriarcal, que continúa invisibilizando sectores de la población. Superar concepciones que nos impiden ver la experiencia femenina supone un proceso de construcción que identifique y se libere de posiciones conservadoras, muchas veces fundadas en miedos por parte de hombres y aun de las mismas mujeres.

Las viejas dicotomías entre lo económico y lo político, entre lo objetivo y lo subjetivo, entre naturaleza y cultura encubren posiciones muy ideologizadas que en el fondo legitiman las relaciones de poder entre los sexos como algo de la naturaleza y no de la cultura.

No atribuimos el machismo y las actitudes patriarcales exclusivamente a los hombres. Se trata de una cosmovisión que construye las subjetividades masculinas y femeninas y organiza las relaciones sociales en base a la subordinación de lo femenino a lo masculino. Esta relación, radicalmente perjudicial y enajenante para las mujeres, lo es también para los hombres. Por eso los temas de mujer y de género no son solo temas de las mujeres. Si realmente queremos avanzar debemos desprogramarnos todos y todas.

Voy a mencionar algunas de las propuestas para analizar y avanzar en esta temática: la voluntad de la dirigencia política para gestionar y destinar recursos económicos, además de tiempo para la sistematización de experiencias que en este aspecto se han venido desarrollando, posibilitando la reflexión, el análisis y la interpretación crítica de estas experiencias en igualdad de oportunidades para Montevideo y el interior.

Asimismo, hay que tener en cuenta el trabajo con los varones desde lo educativo, lo cultural, lo social, lo político, etcétera, en lo que tiene que ver con el lenguaje, las actitudes, la rehabilitación y el acompañamiento. También consideramos la aplicación de las tobilleras que fueron valoradas como un instrumento positivo en todos los departamentos del país, así como la actualización de la legislación, superando el criterio de violencia doméstica, que hoy nos limita, al concepto de violencia de género. En tal sentido existe literatura y hay propuestas en los espacios de la sociedad civil organizada que trabajan en esta materia con el fin de eliminar los estereotipos de género que contiene la normativa vigente en el país, especialmente en el Código Penal.

Por otra parte, se propone asumir una política pública e integral contra la trata de personas, en especial de mujeres, niños y niñas con fines de explotación sexual, comprometiendo los tres Poderes del Estado, atendiendo especialmente los territorios de frontera. También habría otras propuestas que estamos analizando como, por ejemplo, la realización de acuerdos integrales en el Congreso de Intendentes para que en todos los departamentos se brinden servicios similares a los que hoy existen en la capital y en la zona metropolitana. Actualmente, en los departamentos hay diferentes niveles, distintas formas de brindar este servicio y en algunos, incluso, ausencia total de ellos.

Solicito que la versión taquigráfica de mis palabras sea enviada a los Ministerios del Interior, de Educación y Cultura, de Desarrollo Social, a los medios de prensa de Montevideo y de Soriano, al Congreso de Intendentes, al Congreso Nacional de Ediles, al Instituto Nacional de Mujeres, a las organizaciones que integran el Consejo Nacional de Mujeres y a las redes que articulan con él.

Muchas gracias, señor Presidente”.

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