(Por Enrique Lécaille) Previo a la Copa América de fútbol que Uruguay conquistó en 1987 en Argentina, la selección uruguaya que dirigía Roberto Fleitas se presentó en el Campus de Maldonado, enfrentando a un seleccionado local, preparándose para aquel torneo. Jugaban Obdulio Trasante, Alfonso Domínguez, Gustavo Matosas, Pablo Bengoechea, Ruben Sosa, entre otros. Tras el entretiempo, cuando los celestes volvían al campo de juego, Enzo Francescoli identificó a un hincha que estaba al costado de la pista de atletismo del estadio fernandino. El “Príncipe” aceleró el paso, se acercó al parcial y lo saludó muy cordialmente. No era para menos. Se trataba de uno de los jugadores que le habían servido de “espejo” cuando él estaba haciendo sus primeras armas en el Montevideo Wanderers: el mercedario Jorge Santos.

Por la época en que sucedió esta anécdota, Santos tenía 39 años y jugaba por el Club Punta Ballena. En la actualidad permanece radicado en Maldonado, pero periódicamente suele hacerse una “escapada” a La Coqueta del Hum, para visitar a sus seres queridos, en la zona de Avenida Lavalleja y Giménez, y evocar así sus comienzos, como lo hizo en estos días.

-¿Cómo encontraste Mercedes, Jorge?

“Linda, como siempre. Yo vengo y recuerdo cosas, aunque el barrio haya cambiado su aspecto, Algunas construcciones ya no están. Por ejemplo en esta esquina de Lavalleja y Giménez había una casa de alto que había sido la sede del Club Artigas. Me produce felicidad venir y pararme en la esquina, como cuando éramos muchachos y jugábamos al fútbol en la calle”.

-¿Tu niñez transcurrió siempre en esta zona, a mitad de camino entre las sedes sociales de Con Los Mismos Colores y Bristol?

“Sí, es verdad. Por eso no es extraño que yo haya jugado en esos dos clubes del barrio, porque si bien en Primera División debuté en Bristol, con 15 años, allá por el año 62,  antes había estado en Con Los Mismos Colores”.

-¿Quién era el entrenador que te ascendió a Primera en Bristol?

“El “Gallego” Gabriel Varela. Y también tuve la suerte de jugar con él, cuando estaba culminando su carrera”.

-¿Y con qué otros compañeros?

“Mirá, te puedo nombrar a Nery Legorburo, “Pipo” Rodríguez, Leopoldo Vivas, Raúl Álvarez, los hermanos Walter y Luis Simoncelli. Muchos de ellos eran nuestros ídolos cuando nosotros éramos gurises y después tuve la suerte de jugar con ellos. También tengo un grato recuerdo de “El grillo” Kelly, un muchacho que venía de Santa Catalina. Gran amigo y goleador. Ahora, viniendo de Maldonado, al pasar por Santa Catalina, me enteré que lamentablemente había fallecido”.

-A pesar de que te fuiste muy joven al profesionalismo, llegaste a jugar en la selección de Soriano...

“Sí, es verdad. La selección fue la vitrina par irme a jugar a Montevideo”.

-¿Con qué director técnico y con qué compañeros en la selección?

“En esa época dirigía “Pancho” Aguerre, pero su ayudante técnico era Gabriel Varela, o sea que seguí teniendo al Gallego en la selección. Y como jugadores estaban Ovidio Albornoz, Cubillas, el golero Guillermo Flores, que jugó en Montevideo, José Otte, Enrique Varela, Héctor Eugui, que era compañero mío en Bristol, Julio Rodríguez, que era de Independiente, Gil Simone, el “Tata” Montero, entre otros. Ese año nos fuimos varios para la capital. Yo, por ejemplo, fui a Nacional con un doloreño, Ruben Ruiz, que muchos años después fue campeón del Litoral y jugó en Rovers”.

-Y jugó también en Ecuador...

“Claro. Lo sé muy bien a eso, porque coincidimos en ese país, jugando incluso en el mismo club, el Politécnico”.

-En Montevideo formaste parte de una histórica tercera división de Nacional...

“Sí, yo vivía en el Parque Central y teníamos un equipazo, la prueba está que varios de los jugadores por citar algunos, de ese plantel después siguieron en el exterior. Estaban el artiguense Ramón Souza Duarte, Telmo Blanco, Ildo Maneiro, Juan Carlos Blanco, Víctor Fiilomeno, por ejemplo. Después de esa experiencia en Nacional seguí jugando fuera del país, en Costa Rica, donde estuve cinco años. Allí me fue muy bien y la gente todavía me recuerda, como lo comprobé hace tres años, cuando fui a visitar un hijo que tengo allí. Estuve además en Venezuela y Ecuador, hasta que volví a Uruguay en 1970,para jugar en Cerro. Regresamos juntos con Telmo Blanco, pero él pasó a Liverpool. Luego me fui nuevamente al extranjero, a defender al Portugesa de Venezuela, y en el 77 me vine otra vez, pero para defender a Wanderers.

-En el medio hubo un pasaje por una selección preolímpica...

“Sí, en 1967. Jugamos en Bogotá, en el Estadio El Campín. Ahí coincideimos nuevamente con otros sorianenses, Ruben Ruiz y Héctor Eugui. Otros jugadores de esa selección eran también el “Puchero” Jorge Prestes y Julio Daniel Losada, que jugó el Mundial de México en 1970".

-En Wanderers también había un gran plantel. Estaba la base del equipo que había clasificado a una Copa Libertadores, en el año 75, cuando por primera vez un equipo denominado “chico” clasificó a ese torneo...

“Exactamente. Cuando yo llegué el Director Técnico era José “Pepe” Etchegoyen, una extraordinaria persona. Los tres años que estuve en Wanderers él era el entrenador. Y como compañeros tenía a Jorge Fanis, Washington “Trapo” Olivera, Juan Francisco Muhlethaler, Ángel Castelnoble, Juan Carlos Paz, el golero Julio Acuña, el zaguero Gustavo De Simone, Miguel Berriel, el marcador de punta Daniel Di Bartolomeo, Raúl Esnal. Teníamos un buen equipo, sin dudas. Hicimos buenas campañas con Etchegoyen. Incluso en ese ciclo Wanderers fue vicecampeón uruguayo”.

-En esa época apareció en escena un maragato que también hizo historia en el fútbol uruguayo, cameón sudamericano juvenil en 1977 y que llegó a jugar junto a Maradona...

“Es verdad. Cuando yo llegué al poco tiempo subió a Primera Ariel Krasouski, que venía de San José. Y un poco después aparecieron otros jugadores de renombre que llegaron a defender a Uruguay en campeonatos mundiales, Jorge Walter Barrios y Enzo Francescoli”.

-Finalizada esa etapa en Wanderers, te fuiste a Maldonado, donde fuiste campeón del Interior con la selección...

“Sí, primero fui al Club Punta del Este. Con la selección de Maldonado tuvimos la suerte de ser campeones del Interior dos años seguidos, con la dirección técnica nada menos que de Julio César Abbadie”.

-Ese plantel estaba integrado por muchos jugadores que no eran oriundos de Maldonado...

“Es verdad, porque estaba por ejemplo un ex delantero de Danubio de Montevideo, Sergio Silveira, quien es oriundo de Colonia Suiza, razón por la cual le dicen el “Queso”, y el salteño Alcides Edgardo Nieto. Ahí estaba también el papá de Pablo García, Manuel García, un excelente número 5, como su hijo, y muy buena gente. Aunque Paysandú tenía muy buenos jugadores, nosotros les ganamos las finales  y fuimos campeones de OFI. La verdad a nivel personal tuvimos buen sucedo en Maldonado. Fijate que me retiré a los 45 años de edad, en el Club Alianza 5, y en la selección de Maldonado jugué hasta los 42 años”.

-Allí en Maldonado jugaste con otros mercedarios...

“Sí, es cierto. En Punta Ballena, por ejemplo, tuve como compañero al golero Sergio Blanco Garula, que jugó en Peñarol de Montevideo, Fue una muy buena época para el fútbol de Maldonado. Por esos años jugaron, por ejemplo, Ricardo “Tato” Ortiz y Pierino Lattuada, Y estaban haciendo sus primeras armas el defensa Pedro Barrios y Gabriel Cedrés, que triunfaron en el profesionalismo”.

-En Maldonado todos te conocen como el “Chueco” Santos, pero para muchos mercedarios que te vieron jugar sigues siendo “Gorilón”. ¿Quién te dio ese apodo y cómo surgió?

“Me lo dio un hermano de la vida, mi vecino Nery Legorburo. Él estaba leyendo una revista de Tarzán, vio un personaje de la historieta y me puso ese sobrenombre, sin imaginar que iba a durar siempre. Una época imborrable. De niños, la cancha nuestra era la esquina de Giménez y Tomás Gómez. La ventana de la casa de la familia de Nery era el arco. En la otra vereda vivía un fenómeno del fútbol de Mercedes, Elbio González. A la vuelta estaba Walter Salvador, que fue otro grande de nuestro fútbol. Es un barrio precioso y siempre ha estado marcado por el deporte. Por acá estaba por ejemplo la sede del Club Unión Juvenil, el club de voleibol de la “Chancha” Martínez. Está también la sede de Esparta, que es mi otro club. Siempre han salido muchos deportistas de esa  zona. El Palo Alto es un ejemplo en Mercedes, sin dudas”.

-Tú comenzaste como centrodelantero en Mercedes, pero con el paso de los años cambió un poco tu posición en la cancha...

“Sí, ya en el exterior me fueron tirando para atrás, porque decían que era bueno dribleando y entonces termine jugando de 10”.

-¿Con quien te entendiste mejor en una cancha?

“Con Sergio Silveira, que es mi cuñado. Jugamos juntos en Punta Ballena y en la selección de Maldonado”. 

-Si tuvieras que elegir un director técnico que te haya marcado en tu carrera: ¿A quién nombrarías?

“Yo nombraría dos. Primero a José Etchegoyen, que fue un amigo, y el otro es el chileno Fernando Riera, que en Nacional fue como un padre para todos los que estábamos comenzando. Fue un fenómeno, nos ordenó en la cancha y nos dejó grandes enseñanzas, no sólo para el fútbol sino para la vida misma. Con esas dos personas estoy muy agradecido, de por vida”.

-Muchas gracias, Jorge. Ha sido un placer conversar contigo y repasar tu trayectoria”.

“Gracias a ustedes por acordarse de mí y un saludo grande a todos. Mientras el de ·”Arriba” no nos llame vamos a seguir viniendo a Mercedes, porque aquí tengo mi familia, mis amigos y porque soy un agradecido con mi querida ciudad”.

Perfil:

Nombre: Jorge Washington Santos

Lugar de nacimiento: Mercedes

Fechaa: 24 de julio de 1947

Algunos clubes que defendió a nivel profesional: Nacional de Montevideo, Cerro, Wanderers, Galicia y Portuguesa de Venezuela, Cartaginés de Costa Rica.