El Obispo de la Diócesis de Mercees, Monseñor Carlos María Collazzi, dio a conocer el mensaje de Pascuas 2015, que transcribimos de manera textual.
"Celebramos el acontecimiento central de la historia: Jesucristo ha Resucitado!!! Se ha sellado la nueva Alianza entre Dios y la humanidad, Él se entregó por Todos para darnos Vida Nueva en abundancia. ¡Su Victoria es el triunfo de la Vida!
Su Iglesia, nacida en la Pascua, está llamada en todos los tiempos a proclamar que Jesucristo está vivo, y convoca a todos a vincularse estrechamente con El. Por eso sentimos la urgencia de la Misión Permanente!!!
El pasado Miércoles Santo he tenido el gozo de entregar nuestro Plan Pastoral Diocesano hasta el año 2019. Este Proyecto Pastoral, lo debemos ubicar en el contexto de los tiempos que vivimos y en la vida de toda la Iglesia; en lo concreto de asumir la Exhortación Apostólica del Papa Francisco “La alegría del Evangelio” y de las Orientaciones Pastorales de la Conferencia Episcopal Uruguaya.
La Iglesia le pide al Obispo “organizar de manera adecuada el apostolado diocesano, según un programa o plan pastoral que asegure una oportuna coordinación de las diferentes áreas pastorales”
Somos concientes que “la abundancia de los frutos y la real eficacia serán los resultados no tanto de una perfecta organización de las estructuras pastorales, cuanto de la unión de cada uno con quién es el Camino, la Verdad y la Vida” (Directorio para el Ministerio del Obispo, nº 164)
Este Plan es fruto de comunión y participación; oración, trabajo y búsqueda de toda la Iglesia Diocesana. Está en continuidad con el anterior que fue evaluado, complementado con el análisis que hicimos de las condiciones en las cuales vivimos en la Sociedad y en la Iglesia. Nos dejamos iluminar por la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia. ¡El Señor Resucitado nos regaló la Asamblea Diocesana del pasado año!
Le agradecemos el camino recorrido y el trabajo de Tantos para ayudarnos mutuamente en el caminar juntos para la construcción del Reino. Nos guía un Objetivo: “abrir nuestra Iglesia Diocesana a la Misión Permanente para que descubra los brotes de vida presentes en toda realidad y comparta en pequeñas comunidades el amor del Padre con jóvenes y familias”
Los invito a meditar en estas fiestas de Pascua las palabras del Papa en la Carta mencionada: “Su resurrección no es algo del pasado, entraña una fuerza de vida que ha penetrado el mundo. Donde parece que todo ha muerto, por todas partes vuelven a aparecer los brotes de la resurrección. Es una fuerza imparable. Verdad que muchas veces parece que Dios no existiera: vemos injusticias, maldades, indiferencias y crueldades que no ceden. Pero también es cierto que en medio de la oscuridad siempre comienza a brotar algo nuevo, que tarde o temprano produce un fruto. En un campo arrasado vuelve a aparecer la vida, tozuda e invencible. Habrá muchas cosas negras, pero el bien siempre tiende a volver a brotar y a difundirse. Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía irreversible. Esa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un instrumento de ese dinamismo” (n. 276)