El edil frenteamplista Jorge Marabotto reivindicó en el transcurso de la sesión de la Junta Departamental de este lunes, la figura del último caudillo nacionalista, al tiempo que fue crítico con importante sector de la diregencia de esa fueraza política. Maraboto dijo: "el 15 de marzo se cumplieron 27 años del fallecimiento del último caudillo, el más importante dirigente civil y el único líder progresista que tuvo el Partido Nacional desde 1904. El único de ese partido, que tuvo un proyecto económico y social integral, contra el que luchó sin descanso el sector conservador –hoy hegemónico– de su partido hago referencia al Sr. Wilson Ferreira Aldúnate".
Añadió "desde que a su muerte, el herrerismo se apoderó del Partido Nacional, eliminó todo vestigio del proyecto de Wilson, sin que el sector que se llama a sí mismo “wilsonista”, el de Jorge Larrañaga, tuviera fuerza –ni, tal vez, ganas– de recoger el guante. Voluntad, se nota, tampoco.
Pero claro, después del gobierno de Lacalle, de los vergonzosos proyectos políticos que surgieron dentro de la colectividad blanca, de los sucesivos fracasos (el último de los cuales fue la derrota electoral de Luis Lacalle Pou), cada vez que hay elecciones los blancos sacan a revolear la figura de Wilson, que es la única de prestigio del siglo XX que pueden exhibir. Eso sí, sólo mostrar sus fotos y gritar ¡Wilson, Wilson! Nada de hablar de su proyecto económico y social, e, incluso, nada de su lucha contra la dictadura y menos del Partido Colorado, actual socio “concertado” al que el caudillo blanco tanto combatió, debido a su confrontada ideología.
Y como ahora hay elecciones municipales y hay que apelar a lo que se pueda, y como el porrazo está más cerca de lo imaginable y se puede, incluso, perder al menos alguna de las intendencias blancas, organizaron, si puede así decirse, un acto en el cementerio, el domingo 15 pasado, a las 11 horas, dedicado a la memoria de Wilson.
Lo notable es, quiénes no fueron y quiénes hablaron.
Larrañaga se quedó en Kiyu y por supuesto, dedicó su discurso solamente a criticar al Frente Amplio, ubicándose, como todo este último año, más a la derecha que Lacalle, alineado a los sectores más duros del Partido Nacional.
Lástima que no condenó a los dirigentes de Paysandú, su departamento, que no contentos con el escándalo vergonzante de “La Casita”, ahora protagonizan no sólo “un intento de golpe de Estado departamental”, sino que han sido denunciados por irregularidades con cifras millonarias en relación a las contrataciones en La Semana de la Cerveza. De estas cosas, que Wilson, seguramente condenaría de sobremanera, Larrañaga, no dijo ni una sola palabra. Pero lo más grave estuvo en el Cementerio del Buceo, a donde la familia de Wilson no fue invitada, como declaró Juan Raúl Ferreira, y en donde, como era de esperar, no hizo acto de presencia Lacalle Pou, por lo que vemos, él habla y toda la colectividad de Oribe hace un profundo silencio.
No sólo no habló de Wilson en la campaña de 2014, sino que prohibió a toda la dirigencia, incluyendo a Larrañaga y a su gente, que hablaran de él. Y lo consiguió: nadie en el Partido Nacional nombró a Wilson, y tampoco Alianza Nacional. Por eso se dijo, que las elecciones de 2014 fueron la segunda proscripción de Wilson, esta vez por la dirigencia completa del Partido Nacional.
Pero lo más extraordinario y patético es quiénes hicieron uso de la palabra en el acto, que no fue anunciado ni comentado ni siquiera por el diario El País: Luis Alberto Heber y Álvaro Garcé.
El primero lo hizo en su condición de presidente del Directorio blanco, pero hay que recordar que desde su más tierna infancia militó en el Herrero-Aguerrondo-lacallismo, del que nunca se apartó. Es decir: estuvo en el sector directamente enfrentado al caudillo blanco. Tiene sus motivos: se sabe que el terrateniente Luis Alberto Heber (hombre de la forestación y de las vacas gordas) es uno de los dirigentes más ricos del Partido Nacional, lo cual es mucho decir. Sus buenos motivos tiene para haber sido anti-wilsonista toda su vida. Como a otros, le debe haber costado bastante hablar, aunque no haya dicho nada con contenido.
Y si algo debe saber todo uruguayo sobre Álvaro Garcé, abogado, ex comisionado parlamentario penitenciario, actual candidato a la Intendencia de Montevideo por el Partido Nacional en el marco del Partido de la Concertación, es que los mejores jefes policiales, los más honestos, los más limpios, consideran que intentó, durante su gestión, beneficiar a varios jefes del narcotráfico con traslados a cárceles que les resultaran más convenientes. De eso no hay duda, y la documentación y la información de prensa suministrada oportunamente por varios medios de prensa, así lo evidencia. Wilson habría tomado medidas ejemplarizantes, para con el susodicho-
Hemos hablado con gente que acompañó a Wilson durante gran parte de su vida y nos dicen rotundamente que a Garcé nunca lo vieron en ningún lugar.
Así que si fue wilsonista, sólo lo saben sus familiares. Ni en el Movimiento Universitario Nacionalista, ni en la Corriente Popular Nacionalista, ni en Por La Patria ni en ningún lugar estuvo Álvaro Garcé, el candidato.
¿Y de qué habló Garcé?
Pues de sí mismo y de su campaña. ¿De qué iba a hablar?
¿Iban, por ventura, estos dos caballeros de la derecha a hablar de los postulados de Wilson como lo eran la reforma agraria, nacionalización de la banca, del comercio exterior, de defensa de las empresas públicas, en contra de las sociedades anónimas en la propiedad agropecuaria, de su lucha contra la dictadura y el Partido Colorado? Parafraseando a Wilson: “¡Pero quién se lo puede creer!”.
Uno a uno van ocurriendo episodios que avergüenzan a los verdaderos wilsonista que aún quedan en el Partido Nacional" concluyó.