La Dra. Hebe Castro, hija del recordado Maestro Julio Castro, víctima del terrorismo de Estado hizo pública su posición sobre la propuesta del Presidente electo Dr. Tabaré Vázquez de crear un grupo por Verdad y Justicia.
"Hace casi cuarenta años que mi padre, Julio Castro, fue torturado y ejecutado por las fuerzas de la Dictadura que gobernó nuestro país. Desde agosto de 1977, su viuda ya fallecida, al igual que mi hermano Julio, también fallecido, sus nietos, amigos de dentro y fuera del país, y quien suscribe, han realizado todos los esfuerzos para alcanzar la verdad de los hechos que llevaron a su muerte, así como a encontrar quienes dieron la orden de su ejecución. Confiamos en la Comisión Para la Paz, creada por Jorge Batlle, pero, creo, que el fallecimiento de Jesús Pérez Aguirre y José D'Elía, así como la enfermedad de José Claudio Williman, enlentecieron, y tal vez malograron sus resultados. En definitiva, nos mintieron, cuando, oficialmente afirmaron sus integrantes, que el cuerpo de mi padre había sido exhumado e incinerado en un horno en las cercanías de la bahía de Montevideo. Meses antes nos habían confirmado que de sus restos no se sabía nada.
Comenzó, para la familia, un largo periplo de acción civil que se inició en las postrimerías del gobierno del Dr. Jorge Battlle, en el entendido de que algo debía quedar escrito y guardado para la posteridad. Ya en el primer gobierno del Dr. Tabaré Vázquez, y en jucio civil, debimos escuchar a los letrados representantes del Ministerio de Defensa Nacional sostener que nuestro derecho a reclamar había caducado y que por tanto no existía responsabilidad del Estado por la desaparición de nuestro padre.
Fue un largo y penoso accionar que culminó con el reconocimiento de nuestro derecho a una reparación económica, con esta salvedad, la Justicia en Primera Instancia admitió la responsabilidad de la Comisión para la Paz, mientras que el Tribunal de Apelaciones actuante, ya que el Ministerio de Defensa Nacional, había apelado la sentencia ratificando su posición de considerar caduca nuestra pretensión. Ello ocurrió durante el primer gobierno del Dr. Vázquez.
Al admitir el nuevo Presidente Don José MUjica, la posibilidad de iniciar acción penal, se extrajo del archivo judicial la denuncia que por desaparición de Julio Castro había presentada mi hermano Julio Castro, en el año 1985, al recuperarse la democracia. No me extiendo sobre las actuaciones y respuestas de los ministerios de Interior y Defensa Nacional de la época del Dr. Sanguinetti, porque sería una falta de respeto al lector transcribirlas.
De todos modos el expediente penal recayó en el Juzgado Penal de Turno, donde se iniciaron actuaciones impulsadas por la Fiscalía de Turno. En el mes de octubre de 2011 fui visitada por funcionarios de Presidencia,y dos médicas quienes, sin mayores explicaciones me extrajeron sangre para una muestra de ADN. Mi hemano Julio, antes de fallecer, había dejado en el Banco de Sangre su muestra. El día 1o. de diciembre se nos informó, vía telefónica que los restos hallados en predio del Batallón No.14 eran de mi padre. Fuimos a Montevideo, mis hijas, mis sobrinos y la firmante y luego de asistir a la información judicial del hallazgo y confirmación de la identidad de los restos, así como de la crueldad de la ejecución, fuimos al Batallón No.14, y al edificio presidencial donde tuvimos un intercambio importante de opiniones con los jerarcas gubernamentales, que no nombro porque no vale la pena. Aclaro que siempre asistidos por nuestra abogada, Dra. Rosario Fernández, parte imponderable de esta triste e inacabada historia.
Al otro día doce generales de nuestra patria, presididos por el hoy retirado Gral Aguerre habían afirmado públicamente que el ejército de Artigas no era un malón y que los que debían ser castigados lo serían.
Para no hace esta historia más larga,y dejar claras las duras cuestiones de debimos y seguimos enfrentando,como anécdota, refiero que el 2 de junio de 2012, luego de los funerales de los restos de mi padre, fui al Registro Civil a retirar la partida de Defunción, y me encontré que en la misma no aparecían las causas de su muerte. Debí recurrir administrativamente. Intervino la Fiscalía de lo Civil, y por fin, logré que se me expidiera la partida donde consta, firmado por tres médicos forenses : "No puede establacerse fecha de defunción. Causa probable injuria cráneo-encefálica debido a disparo de arma de fuego en contexto de tortura y malos tratos.Clasificación CIE-10(OMS)Códigoz.65.1 Problemas relacionados con prisión y otro encarcelamiento.265.4Problemas relacionados con víctima de crimen o terrorismo"...
En marzo de 2012, el Sr.. Juez de la causa había procesado a Juan Ricardo Zabala por complicidad en el homicidio muy especialmente agravado de Castro.
Hoy Zabala goza de libertad, nosostros seguimos adelante con la causa, la Sede Judicial, así como la Fiscalía no logran obtener información del Ministerio de Defensa Nacional. Algo hemos conseguido por aplicación de la Ley de Información Pública, algunos "viejitos" siguen presos, otros viejos (menores que yo que tengo 80) amenazan fiscales con venganzas, mientras el Ministro Fernández Huidobro miente y se ríe de todos nosotros.
Ahora el electo Presidente Väzquez inventa otra solución. Crear una comisión por VERDAD Y JUSTICIA. Por más bien intencionado que esté el Dr. Vázquez, para los que hemos vivido durante cuarenta años una historia que probablemente quede sin solución, esta propuesta es una "alongadera" que permitirá que desaparezcamos quienes seguimos en la búsqueda de la verdad, ya que encontrada ésta, la justicia vendrá sola. Por otra parte sostengo que no necesitamos escuelas de formación de jueces y fiscales especializados, que ya los tenemos, y que si así lo desea, el Dr. Vázquez solicite a sus secretarios letrados lean las sentencias del Dr. Juan Carlos Fernández Lechini. Por otra parte, con Fernández Huidobro al frente, no habrá verdad y por lo tanto justicia".
Carta abierta extraida del facebook de la Arq. Inés Rosales, hija de Hebe Castro
Fotografía de la web elmuertoquehabla.blogspot.com