Este domingo en horas de la noche @gesor tuvo la posibilidad de hablar con los buzos particulares, oriundos de Dolores, quienes cooperaron de manera voluntaria en la búsqueda de los tres cuerpos que aún siguen desaparecidos en aguas del río Negro, en la zona de Andresito (en el límite entre Flores y Soriano), tras sufrir un trágico accidente, en el que sobrevivió un niño de 10 años y desaparecieron de la superficie, su padre, su tío y un amigo de la familia. Por este motivo, nuestro medio dialogó con Alfonso Quian y José Luis Gómez (primer suplente del intendente Agustín Bascou, y que ya ocupara interinamente el sillón de jefe comunal).
"Fuimos con José Luis (Gómez) para apoyar el trabajo que se estaba haciendo por la pérdida de tres personas. En este tipo de ocasiones es bueno contar con buzos, y nosotros brindamos esa posibilidad", comenzó relatando uno de los buzos, Alfonso Quian, al dialogar con nuestra Agencia de Noticias.
Explicó que "se estuvo trabajando con los muchachos de Mercedes (Prefectura) y también había gente de Andresito, por eso estuvimos ayudando en la búsqueda a través de grampines o ganchos, y haciendo algunas inmersiones cuando sospechábamos que pasaba algo", comentó.
"En primer lugar, nadie vio nada, como para indicar un lugar, en el agua las distancias engañan. Los lugares nunca son exactos, y aún teniendo más o menos.
En este caso no hay nadie que tuviera referencia, entonces estuvimos buscando por donde se nos ocurría.
Pero además de eso, el fondo conserva los montes antiguos de eucaliptos o los montes nativos, entonces eso para el buzo es muy peligroso, porque hay mucha enrramada blanda y dura, recobecos como para poder llegar al fondo entre las ramas, lo que lo hace peligroso dificultando la posibilidad de encontrar a alguien", destacó Quian.
Por su parte, José Luis Gómez, relató: "nosotros en forma inmediata nos pusimos a la orden del Capitán Juan Montero (Jefe de Prefectura), anoche nos contactamos y ya nos dijo que contaba con nosotros. Coordinamos todo lo técnico porque tenemos todos los equipos, llevamos compresores, tanques, pero siempre pensamos que se sabía cuál era el lugar del accidente, pero desgraciadamente no hubo testigos. Entonces, cuando descubrieron la embarcación, solamente apuntaba la proa, la embarcación ya había derivado unos 3 kilómetros de acuerdo a lo que se pudo ver", remarcó Gómez.
"Es una zona muy difícil, utulizamos grampines para poder encontrar algo, por lo general se pudo trabajar al tacto, una por la presencia de muchos árboles, y otro tema por los 25 metros de profundidad, lo que lleva a que la tarea no sea nada fácil", concluyó José Luis Gómez.