(Actualizado) Cuando caía la nochecita del domingo 9, hinchas tricolores debieron ser detenidos por la Policía de Mercedes tras incidente registrado en la esquina de Avenida Fregeiro y Haedo, con motivo de los festejos realizados en la capital sorianense tras la victoria clásica tricolor.
Los simpatizantes de Nacional debieron ser conducidos tras desacatarse con los funcionarios policiales que les advirtieron que no generaran inconvenientes en el tránsito, a lo que los hinchas bolsos respondieron con lluvia de botellas y piedras, lo que motivó la detención de una docena de personas (8 menores y 4 mayores) que terminó siendo puesta a disposición judicial.
Cabe destacar que se trata del mismo grupo de personas que hace un tiempo atrás ha venido siendo denunciado por parte de los vecinos de la zona, a lo que ellos han hecho caso omiso todo el tiempo, generando así una mala convivencia dentro del barrio .
A su vez, la Policía debió atender otros desacatos a la autoridad, lo que ocurrió frente a la tradicional Esquina Manya, ubicada en calles Artigas y Ferrería de la ciudad de Mercedes.
Allí también los hinchas mirasoles le hicieron frente a los policías actuantes, consistuyendo un claro desacato, por lo que debieron ser conducidas unas 10 personas a depenciales policiales.
Para la reflexión:
Lamentablemente estas acciones patoteriles vuelven a poner en el tapete un tema de nunca acabar en Mercedes, lo que en más de una oportunidad han sido denunciadas ante la Justicia, la Policía y la Junta Departamental de Soriano. Por ahora la pregunta sigue siendo la misma: ¿en Mercedes quien manda, las autoridades o quienes se adueñan de los espacios públicos?, haciendo prevalecer siempre el vandalismo o conductas inadecuadas que alteran la convivencia de la ciudadanía.
Es de recordar que oportunamente tanto la Esquina Manya como el de la barra de Nacional, de Avenida Fregeiro y Haedo, fueran clausaradas y reacondicionadas, y como si nada pasara los mismos integrantes de los grupos ignoraron las decisiones de las autoridades, como en un claro acto de desacato, volviendo a mandar ellos en cada una de sus zonas, convirtiéndose en "verdaderos" dueños de los espacios que pertenecen a la comunidad en su conjunto.