El Senado votó el proyecto del Ejecutivo que aumenta las penas para los traficantes de pasta base y fija nuevos mínimos de prisión. Cualquier persona que venda pasta base tendrá una pena mínima de tres años, salvo que sea un primario, que haya vendido muy poca cantidad y que sus compradores no sean menores de edad. En esos casos la pena mínima será de dos años y el juez actuante estará habilitado a sustituir la pena de prisión por medidas alternativas.
Este fue el acuerdo al que finalmente llegaron los legisladores del oficialismo con el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, que había propuesto en principio una pena mínima de prisión de tres años para todos los casos. El Frente Amplio entendió que no se podía generalizar y propuso tener en cuenta ciertos atenuantes, para en cuyos casos la pena mínima sería menor.
Tras varias reuniones, idas y venidas, el oficialismo acordó que si se trata de un primario, el que fue atrapado vendiendo muy poca cantidad y exclusivamente a mayores de edad, entonces allí la pena mínima será de dos años. Con una pena de dos años el procesado puede no ir a prisión, en cuyo caso se aplicarían penas alternativas.
El proyecto de ley del Poder Ejecutivo fue aprobado por unanimidad en general, aunque hubo diferencias entre los partidos políticos al momento de votar cada artículo.