(Por Enrique Lécaille) “El apellido Caresani es de origen austro-húngaro”, nos dijo al término del homenaje recibido este jueves en la sede del Partido Nacional, todavía emocionado por esa ceremonia. El ex Intendente de Soriano (1990-1995), Holf Caresani Mesa -cariñosamente “Fito” para los mercedarios, en especial para los hinchas de su querida institución, el Club Atlético Independiente-, no pudo disimular la emoción que le provocó ese reconocimiento tributado por la Secretaría de mesas departamentales de Asuntos Sociales del Partido Nacional.
Culminado el homenaje que lo conmovió hasta las lágrimas, el otrora jefe comunal compartió con @gesor algunos conceptos:
“Tenemos que ser conscientes que en nuestra se nos agasaja cuando estamos ya de vuelta, cuando estamos en la despedida. A eso a mí me tocó hacerlo en muchas ocasiones, pero esto que ha sucedido aquí es lo que debiera ser siempre. Si alguien merece un homenaje, como ha sucedido conmigo esta tarde (y perdóneme si al decir ello peco de soberbio), ese homenaje debe realizarse en vida. A mí se me hace en vida. Yo lo viví y lo vivió mi familia, con todo lo significativo que es ello, así que estoy muy agradecido con quienes tuvieron esa iniciativa”.
-Caresani, durante el reconocimiento usted hizo referencia a algunos pasajes de un libro que usted publicó y que de alguna manera resume su vida familiar y su trayectoria pública, como comerciante, deportista, político y gobernante.
“Sí, es un libro del que publicamos 200 ejemplares únicamente, porque salía muy costosa la impresión, que es muy buena, como usted habrá podido ver. Yo lo repartí en las diferentes bibliotecas de Mercedes, en la Biblioteca de Zona Este, en la Biblioteca Eusebio Giménez y también en la Biblioteca de Enseñanza Primaria”.
-¿Es una compilación de su vida y también de su famila?
“Exactamente. Resume mi vida en el deporte, en la política, en el trabajo, mi familia, mis amigos, una vida que siempre ha estado asociada a la gente y al trabajo. Como sabe mucha gente, mi padre y un tío tenían uno de los comercios más populares de Mercedes, el Café y Bar Bristol, lamentablemente desaparecido, un lugar donde pasé tantos años en contacto con la gente, como le decía. Todavía hay gente con la que me cruzo en la calle y me identifica con el Café y Bar Bristol. Ellos eran mis clientes y yo estaba detrás del mostrador, pero siempre tuvimos un trato cordial”.
-Numerosos recuerdos escritos, sin dudas, pero ilustrados con fotografías, como hemos podido ver…
“Sí, Tengo una foto de mi padre integrando la primera selección de fútbol de Soriano. Él era jugador del Club Rovers. Y tengo otra de mi época de jugador de básquetbol. Como sabe mucha gente, yo soy de Independiente y tuve la oportunidad de defenderlo. Tuve la suerte de estar tres años consecutivos en la selección de básquetbol de Soriano, en los años 1946, 1947 y 1948, saliendo vicecampeón del Interior. Pero hay cosas además cosas más familiares, como por ejemplo una foto de una figura de San Juan que atesoraba mi madre y que después pasó a la casa de Adriático, mi hermano. Es una imagen muy especial, porque anduvo en el Éxodo del Pueblo Oriental, en una carreta”.
-De su vida política: ¿qué sucesos se mencionan en este libro, por ejemplo?
“Hay imágenes de las elecciones y de aquellos años difíciles cuando el país comenzaba a recuperar la democracia, cuando desde el Partido Nacional le dábamos fuerza a ese proceso a través de figuras como Avelino Méndez, Raúl Martínez Imas, Luis Pedro Besozzi, Raúl y Dolly Rosales, Amílcar Cordones, Antonio Borio, Gregorio Santellán, Juan Carlos Zefferino, Nepomuceno Modernell, Leandro Urdangarín, Raúl Doval, Jorge Méndez Aserito y Mario Cavallero, entre otros. Después, una vez que Uruguay pudo recuperar sus instituciones, fui llamado a integrar el Directorio de la Comisión Nacional de Educación Física. Por esa época, yo no dejé de trabajar en Mercedes. Trabajaba acá de viernes a martes y el resto de la semana estaba en Montevideo.
-Usted habló también en la ceremonia de homenaje de un viaje al exterior que menciona en el libro y que al parecer lo marcó mucho.
“Sí, un viaje a Rusia. Fue en los últimos años de la década del 80, cuando estaba llegando a su final la denominada Guerra Fría. Fui convocado a participar de una delegación que asistió a la Segunda Conferencia Internacional de Ministros y altos funcionarios de Educación Física y el Deporte organizada or la UNESCO. Este congreso funcionó en el Palacio de los Sindicatos, en Moscú. De Moscú salí en tren para concurrir a la Exposición de Ciencia y Tecnología. Allí estaba en exposición, embalsamada, la famosa perra Laika (*), que fuera el primer ser vivo en orbitar la Tierra, a bordo del Sputnik. También se estaba exponiendo el traje espacial del cosmonauta Yuri Gagarin y en medio del parque expositor la nave en la que viajó al espacio exterior, la Soyuz, proyectando su imagen hacia las nubes. Fue uno de los momentos inolvidables de ese viaje y de mi vida toda”.
(*) Laika (“ladradora”, en ruso) era una perra callejera. Fue sometida a un entrenamiento para ser enviada al espacio exterior el 3 de noviembre de 1957, para estudiar así los efectos que los vuelos espaciales podían producir sobre los seres vivos. Murió durante el viaje.