Tras la aparición del informe de @gesor sobre situaciones anómalas que se habrían dado y estarían dándose en el entorno del funcionamiento de una de las principales salas bailables de la región, W Mercedes, recibimos la presión de los empresarios intentando "patotear" a uno de nuestros compañeros a la salida de su trabajo, luego el llamado de un abogado pidiendo que bajáramos el informe, que al otro día tendríamos las pruebas de que todo estaba bien, que lo que se decía en el informe no era así. Ante la forma elegida por los empresarios se les contestó que seguiríamos adelante con las pruebas que tenemos en nuestro poder, se les ofreció el derecho a réplica cosa que hasta ahora no han ejercido y a su vez decidimos comenzar a hacer públicas entrevistas con autoridades y víctimas (así las consideramos desde nuestra agencia de noticias), vinculadas al tema. Así ofrecimos la palabra del director departamental de INAU Soriano, Horacio Perazza reafirmando lo que se establece en el informe periodístico y en este caso va el primero de otros testimonios que tenemos con algunas de las víctimas que hoy están viviendo una situación muy grave, gente muy humilde, con ganas de trabajar, algunos haciéndolo, pero les han llegado a su casa decenas de multas de INAU que en determinados casos como el de esta nota ni siquiera alcanza a comprender en su lectura y les complica el futuro porque en su momento accedieron a firmar actas de inspección del INAU a los boliches de los empresarios en cuestión en los que se les aplicaba sanción por encontrar menores de edad sin la autorización para ello y paralelamente consumiendo bebidas alcohólicas. Nunca tomaron la dimensión estas personas que en su mayoría trabajaban y trabajan en la noche mercedaria cuidando motos o haciendo changas para poder llevar algo a su casa, que el haber firmado entusiasmado por los pesitos que les daban los empresarios, al tiempo serían deudores de miles de pesos y por lo tanto con embargos genéricos y convocados por la Justicia públicamente para intentar cobrar las multas que ellos nunca podrán abonar.

Este es uno de los casos visiblemente emocionado, asumiendo su responsabilidad inicialmente pero a la vez estableciendo las circunstancias y el aprovechamiento que se hizo de él, comienza señalando, "ellos se quieren limpiar y dejarnos sucios como nosotros no tenemos defensa porque ni dos pesos para pagarle a un abogado".

Recuerda, "yo en aquellos tiempos no tenía de donde sostenerme, había que darle de comer a mi abuela, mis hermanos, mi madre, porque había momentos en que no teníamos para comer y debía salir yo casa por casa para que me dieran algo para cocinar, desde los 5 años salía a la calle a pedir, pero nunca robé, siempre pedí y no me avergüenzo por que la gente sé que me volvería a ayudar por que sabe como soy".

Este joven que ha luchado con sus limitaciones para salir adelante, hace mención a como se dio el acercamiento con los empresarios de W, "varias veces me pinchaban para que denunciara a los empresarios con los que trabajaba antes, me decían "mirá que tengo un amigo que trabaja en el diario y te puede hacer la nota, vamos a hundirlos". Es cierto que con esa otra empresa yo figuré como empresario, yo firmaba todos los papeles cuando ibamos a hacer baile, nunca los leí por que no los entendía, hoy me das un papel para leerlo y lo leo entre cortado, no lo sé leer bien, fui hasta quinto de escuela y me pasaban de clase por la edad, no sabía nada y hoy en día estoy entre la espada y la pared, quiero salir de esto, estoy construyendo mi familia, trabajando seriamente".

Añade en su relato, "yo trabajaba antes en los bailes con esa otra empresa y cuando cerraron uno de los patrones habló con éstos para que me tomaran y así fue, la primera vez fue en Casa Bordó haciendo trabajos de pintura y tenía que andar atrás de ellos chupándole las medias para que me pagaran lo que estuve trabajando, incluso vino un muchacho de Montevideo que estuvo con nosotros arreglando un par de cosas y le digo "mirá que preciso un alargue", me regala uno, y vino él y me dice "¡dame el alargue, qué te lo vas a llevar!", le dije que me lo había regalado el muchacho, y me dice "no que ese nos debe un lote de cosas, andate a lavar el oj..." . De ahí me quiso contratar para trabajar en Peperone, en la vuelta, haciendo poco y nada y después saltamos con Gringo's (con los empresarios de W) donde estuve trabajando de pizzero, donde también llegaba INAU y me hacían poner la cara, un fin de semana yo y un fin de semana otro".

Cuando rememora el trato que le daban, se amarga, "me trataban pa'l traste te basureaban todo el tiempo, algunas veces llegaban y te decían, "ché hermano por que no venís y hacés esto y esto otro" o estabas haciendo una cosa acá y venía el otro y te decía "ché dejá de hacer eso y vení a hacer ésto" y siempre vivíamos en conflicto lo hacían con casi todos, ahí trabajamos gurises nomás inclusive había menores en las noches que se les pagaba 250 y 300 pesos la noche para que anduvieran cargando hielo y otras cosas siempre negreándolos".

Reconoce "a mi no me hicieron firmar ningún papel de ninguna sociedad, sé leer a medias, no me acuerdo que me hayan hecho firmar eso. Ellos me decían, tal día viene el INAU, tenés que estar ahí y firmar, pero yo no sabía las consecuencias que iban a pasar ahora, estoy hasta el cuello, no tengo ni idea de lo que puedo estar debiendo, me llegó un fardo de papeles, como no los entiendo, los eliminé".

Confirmó que "ellos tenían un contacto con uno de los que trabajaba en el INAU, y esa persona los llamaba y les decía, mirá que este fin de semana vienen los inspectores y ahí buscaban una persona para que los atendiera y firmara.

Venían y decían queremos hablar con el encargado y a mi entre comillas se me llamaba el "encargado" de la noche, llegaban, me hablaban y decían, "mirá vamos a recorrer, para ver si hay algún menor que esté bebiendo, o en falta", salíamos encontraban uno o dos, encontramos cinco, y uno decía "te voy a hacer la piernada, te voy a poner uno que estaba consumiendo y otro menor que no estaba consumiendo" y eso al final era en contra mío porque firmaba, en Gringo's tres o cuatro veces, en W otras tres o cuatro veces, y me utilizaron también en Bahrein, por eso tengo tantos expedientes".

Sostuvo que "como lo hacían conmigo lo hacían con varios que andaban en la vuelta, utilizaban a uno y otro, otro compañero también cuidamotos en W le daban para cuidar en la cuadra y lo llamaban cada tanto, le decían que no tenían a nadie para atender a los de INAU y lo convencían a él y él iba, firmaba con los inspectores y le daban una plata".

Hoy se lamenta, "trabajando de lunes a lunes, me negreaban, y se me pagaba $ 10.000 que era poco para el tiempo que tenía que estar a veces eran las 7.00 de la mañana hasta la 10.00 de la noche, cuando venían los inspectores me pagaban  $ 2.000 por firmar pero resulta que ahora me entero que las multas son responsabilidad mía, hoy en día sé que estoy en falta, no sabía lo que me iba a pasar en el futuro, ni en pe... lo hubiera hecho, lo hice por necesidad" y agrega "de dónde voy a sacar miles de pesos para pagar las multas cuando gano $ 7.000 en mi trabajo hoy y vivimos por que nos ayuda la familia". 

Concluye con amargura y dolor por lo que hoy le toca sufrir, "ellos abusaron de nosotros, sabían que teníamos necesidades y nos daban a cambio de hacer lo que hacíamos, agarrar un billete de $ 2.000 era toda una novedad, nunca los había tenido, era una fortuna, eso me ponía contento y hacía las cosas, y eso le pasaba a los demás, el que firmaba ahí le pasaba como yo. Somos varios los que firmamos porque a unos nos utilizaban en Mercedes, otros en Dolores y otros en Fray Bentos, me querían llevar a Fray Bentos a los dos boliches a "W" y "Yo qué sé" de Las Cañas, todos precisábamos y por eso aceptábamos".