Un gran hombre nos dejó, un constructor de armonías, un proveedor de sentimientos y enseñanzas, un gestor de la unidad y del esfuerzo, un plebeyo para la sociedad. . . Pero rey en su ámbito social, un ser culto y amante a la lectura, un arquitecto de la vida, un ser que construyó un imperio cimentado en el amor a los suyos, en el sacrificio, en la sencillez y en fomentar la unión, valores y buenas conducta!!!
Nació un 16 de marzo de 1928, hijo del viejo barrio Cerro, de Olímpico toda su vida, se vinculó siendo menor como socio en los ‘40, fue cobrador, colaborador, técnico de la 3ª de antes un par de años, delegado, directivo en todos los puestos que lo requirieran, poseedor de una caligrafía excepcional, una escritura narrativa que expresaba una formación que adquirió en sus constantes lecturas, fue presidente honorario del Olímpico F.C. en el 2000, quiso y amó a Olímpico hasta las lágrimas en el festejo o en la derrota, querido por todos por su amabilidad y respeto, su bonomía y su sencillez, un hombre respetuoso y elegantemente vestido siempre marcando un estilo de vida a imitar.
Don Julio tuvo poco y más que muchos, dejó poco y más que muchos más. . . . Durante su vida manejó muchos valores, muy costosos por su escasez en la oferta y la demanda. . . Fueron el respeto, humildad, la unión, la lucha en perseverancia, el amor y cariño al prójimo, fue un artífice en crear un imperio fuerte, indeleble y sofisticado. . . El imperio de la familia!!!
Lo que dejó es un verdadero y envidiable conjuro familiar, una familia vigorosamente y ejemplarmente unida, una familia grande de buenas personas, honestas, justas y derechas a carta cabal!!! Hombres mujeres y vastas generaciones que no simplemente le quisieron, que lo adoraron a límites sentimentales casi inigualables, que hoy lo ven partir con mucho dolor!!!
Siento impotencia al no haber podido despedir a este hombre, a pesar de la diferencias de años, un amigo, un ejemplo de grandeza, un ejemplo de olimpista con todas las letras. . . Julito, te fuiste como los grandes de la humildad, en silencio. . . Abriendo tus alas y en suave armonía, recortando el cielo, tu vuelo te llevará a la inmensa tribuna imaginaria en el cielo para por siempre integrar la legión de olimpistas que vivarán cada presentación del Olímpico F.C.
A mis amigos de la familia, a los familiares y amigos de Julito, la mayor de la fuerza, de fe y esperanza, que su ejemplo de vida les dé fuerzas positivas para mantener y promulgar el inmenso legado que a todos dejó. . . Hasta siempre Julito. . . Te mereces Dios te reciba!!! Descansa en paz.
Juan Galain Méndez