Este domingo 18 de mayo, en Plaza Artigas de Mercedes, uno de los oradores del acto conmemoración por el 203º aniversario de la Batalla de las Piedras y el Día del Ejército Nacional, fue el Representante Nacional el diputado Roque Arregui.
El acto protocolar comenzó a las 9:45 con la llegada de autoridades, con el preludio por parte de la Orquesta Mercedes, mientras que a la hora 10 se entonaron las estrofas del Himno Nacional para dar inicio formal a la ceremonia.
Compartimos el texto completo leído en la oportunidad por el diputado Roque Arregui: "Orgullosos de vivir en un país independiente, libre y democrático, hoy aquí en Mercedes, como en todo el territorio oriental, los uruguayos hacemos propicia esta fecha patria para congregarnos y para reflexionar sobre un pasado histórico que nos compromete con el presente y con el futuro, sin el cual sería en vano la lucha, la entrega y el patriotismo de nuestros antepasados.
Importante para ello es ubicar el marco histórico en que ocurrió la Batalla de Las Piedras:
Corría el año 1808, en nuestro territorio comenzaban las primeras divergencias políticas entre españoles y criollos. El sentimiento autonómico comenzaba a germinar en nuestro país y como consignase el historiador Alberto Zum Felde: “Algunos curas en sus villas, algunos hacendados en sus estancias, propagan la idea de la emancipación del país y de la instauración de un gobierno propio.
…los sucesos del exterior van a precipitar los hechos. Totalmente invadida España por Napoléon, disuelta la Junta de Sevilla, cesante la autoridad del Virrey, Buenos Aires celebra Cabildo Abierto e instituye una Junta de Gobierno criolla “en Buenos Aires: la Junta de Mayo de 1810.
Diría Miguel Víctor Martínez:
“Se ha acabado la autoridad efectiva de España en estos territorios…
Río por medio, Artigas no puede reprimir ya más sus arrebatos republicanos. Y decide abandonar las filas de las fuerzas reales –de las que se le había negado el retiro-, a fin de consolidar, con la ayuda de sus paisanos, en la Banda Oriental, el grito libertador de Mayo.
…Con un amigo, el oficial Rafael Origuera, abandona la Colonia del Sacramento…galopa de noche nueve leguas.
…Se refugia de día, en los montes del arroyo San Juan. Y vuelve a galopar de noche con Tropilla de aguante y con jinetes que se le van incorporando. Su meta, el término de su viaje, es el litoral norte.
Pero se detiene en el Colla, en las inmediaciones de Mercedes y en las márgenes del arroyo Asencio.
Como reguero de pólvora se propaga rápidamente la heroica empresa emancipadora “en la Banda Oriental, aglutinándose, sublevándose contra el español, contra el godo, en torno a la figura de José Artigas, lo que sólo un caudillo puede lograr: hacendados y peones; negros, blancos y morenos; indios y matreros; viejos, muchachos y mujeres.
Artigas pide apoyo a la Junta de Buenos Aires para derrotar el enclave español centralizado en Montevideo al mando de Javier Elío, titulado virrey.
Dirá el historiador Carlos Machado:
“La Junta lo nombró teniente coronel y prometió ayudarlo con 5.000 pesos, de los que adelantó solamente 200”…y 150 hombres.
“En abril comienza la ofensiva revolucionaria. Los rebeldes ocupan Florida. Artigas formula en Mercedes su primera proclama. Después ocupan sucesivamente, Trinidad, Paso del Rey, Colla, Minas, San José, Santa Lucía, Melo, San Carlos y Maldonado”.
“A comienzos de mayo, ocuparon a Rocha y a Santa Teresa. El 17 confluyen las fuerzas de Artigas y su hermano”.
…”El 18 de mayo se encuentran en Las Piedras las dos fuerzas. Mil revolucionarios armados con pocos fusiles, boleadoras, lanzas de medialuna, puntas de tijera de esquilar y dos cañones con un alcance de 1.500 metros.
1.200 enemigos, desmoralizados por la indisciplina y por la deserción en medio del combate. Rosales, jefe de su caballería, se pasó con sus fuerzas a las artiguistas”.
El triunfo de Las Piedras, pese a la enorme desigualdad de los patriotas frente al ejército español, se logró con la inteligencia militar, audacia y convicción de Artigas y con la entrega total con la bravura y con la confianza total en un hombre que ya sentían como su conductor.
La Batalla de Las Piedras no es un suceso más en lo que venía aconteciendo en la Banda Oriental.
Ella tiene muchas connotaciones que hay que saber leerlas para entender las consecuencias que generaron en ese tiempo y que de una forma u otra repercutieron en nuestra historia.
Tampoco podemos dejar de valorar como ese conjunto de hombres, sin cohesión social al principio, de los más variados orígenes y hasta enfrentados entre sí en muchos de sus intereses, sin preparación militar y sin las costumbres disciplinarias que exige una batalla de este tipo, lograron vencer a un enemigo poderoso, preparado militarmente, superior en número y armamento.
Sin duda alguna que los motivos fueron varios:
El español representaba un enemigo común:
para unos porque no les permitía llevar un vida de plena libertad en una naturaleza pródiga que la sentían como propia, para otros porque les succionaban sus haciendas sin retribución alguna y para quienes miraban a largo plazo porque tenían un proyecto en construcción, de una región independiente, libre y democrática el español era el obstáculo principal que había que vencer.
¡Cómo no reconocer también la gran capacidad de liderazgo de Artigas en la batalla, la ascendencia sobre sus hombres y el genio y la astucia militar que puso en la misma!
De Las Piedras Artigas surge como el hombre capaz de aglutinar, guiar y direccionar una lucha contra todo tipo de opresión, ya no sólo en la Banda Oriental, sino en la región.
Las Piedras significó también que en esta parte de América un proyecto político que nacía era posible, como en otras partes de América Latina sucedió con Simón Bolívar, con Bernardo O`Higgins y con San Martin. La América Latina libre e independiente era posible, no era una quimera.
En Buenos Aires, para unos significó una esperanza y la posibilidad de un fuerte aliado en momentos de derrotas en otros frentes; y para otros significó recelos y querer supeditar a José Artigas a una estrategia que sólo tomara en cuenta los intereses de un sector del otro lado del Río de la Plata.
Para los españoles, en Montevideo, Las Piedras fue un fortísimo golpe no esperado que les obligó a amurallarse y buscar aliados en el invasor portugués del norte.
Para los ingleses, potencia comercial y marítima de entonces, la batalla no pasaría desapercibida. Estudiaba los hechos para sus intereses estratégicos de consolidar su dominio comercial. No intervendría entonces, pero 17 años después, en 1828, su estrategia diplomática lograba crear un Estado entre la hoy Argentina y el hoy Brasil.
Luego de Las Piedras vendrá el sitio a Montevideo, y cuando se estaba a punto de liberar la ciudad amurallada, sobreviene el abandono de la Junta de Buenos Aires a los patriotas orientales, dejándolos a merced de españoles y portugueses.
Los orientales aclaman a José Artigas como “Jefe de los Orientales” y se inicia así la marcha de un pueblo entero que abandonando todo tras sí sigue a su líder, prefiriendo las privaciones al sometimiento extranjero.
Con el éxodo del Pueblo Oriental estaba cuajando nuestra nacionalidad.
A 203 años de Las Piedras, nuestra Banda Oriental es otra y el mundo es otro. Pero el proyecto político por el cual luchó Artigas hoy está más presente que nunca: el republicanismo en vez de la monarquía, la democracia en vez de la tiranía, la independencia en vez del sometimiento.
Corresponde a nosotros y a las generaciones que nos sucedan, defender y cultivar esos principios.
Tenemos un pueblo donde cala hasta lo más profundo el sentimiento democrático.
La diversidad de ideas políticas, filosóficas y religiosas que nos caracterizan constituyen una riqueza y un patrimonio a atesorar. En ella se acunan el respeto y la convivencia democrática.
Y antes de terminar nuestras palabras, no podemos dejar pasar por alto, también, que hoy es el día del Ejército Nacional, institución a quien la sociedad uruguaya le asigna un rol importante en el país, que depende de ella a través de las autoridades electas democráticamente.
Tiempos pasados de dolor, en que las instituciones democráticas fueron arrasadas, no nos nublan la vista. Bregamos por una sociedad integrada, donde todos, civiles y militares se sientan parte de una misma comunidad.
Ello se logra con el respeto irrestricto a la Constitución, donde al decir de Artigas la autoridad emana del soberano. Se logra también con el respeto irrestricto a los Derechos Humanos. Y con un apego también irrestricto al sistema democrático.
Por el presente y por el futuro de nuestro país.
Por nuestra gente, por nuestros niños, adultos y mayores, por nuestros hombres y mujeres.
Por lo que Artigas y nuestros patriotas hicieron en Las Piedras:
¡Viva la Democracia! ¡Viva la Igualdad! ¡Viva la Patria!"